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Haciendo deberes le cayó un balazo
Menor resultó herido en la cabeza cuando se encontraba realizando sus tareas en la sala de su casa, en Milagro
La desesperación invadió a los familiares de Pablo Morán Campoverde cuando vieron que, de un momento a otro, emanaba sangre de su cabeza.
El adolescente, de 13 años, el miércoles 18 de agosto estaba realizando sus tareas escolares en la sala de su casa, en San Miguel del cantón Milagro (Guayas), cuando una bala perdida perforó el techo de zinc y se alojó en su cráneo.
Afortunadamente el proyectil no comprometió su vida, pero por varios minutos lo dejó sordo y sin reconocer a quienes lo rodeaban.
En medio de la confusión lo llevaron hasta el hospital que está a una cuadra de distancia, donde luego de realizarle una radiografía se confirmó que se trataba de un proyectil alojado entre el cráneo y el cuero cabelludo.
Su tío Carlos Benavidez indicó que los galenos le dieron de alta al adolescente sin haberle extraído la bala porque, supuestamente, no representa un riesgo.
No obstante, el menor fue trasladado por sus allegados a una clínica particular, en Guayaquil, para que le extraigan el proyectil, pues no concuerdan con la teoría de que puede vivir sin riesgos, con el pedazo de acero alojado en su cabeza.
El capitán de la Policía, Carlos Pacheco, dijo que lo primero que harían es revisar las cámaras de seguridad que existen en el sector para verificar si alguien estuvo manipulando un arma de fuego. Reconoció que la zona es conflictiva.
Además, agregó que al mismo tiempo en que se ocurrió el accidente, una avioneta sobrevoló el sector y los moradores se distrajeron con el ruido de la aeronave y no recuerdan haber escuchado la detonación de un arma de fuego. (ML)