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Las cifras de las muertes violentas se han mantenido a la alza en la urbe porteña. Son diferentes situaciones las que provocan estos hechos. Agencia (ag-extra)CHRISTIAN VINUEZA

¡Guayaquil, “el reto más difícil”!

La pandemia no puso freno a las muertes violentas, en la Zona 8, que comprende, además del Puerto Principal, a Samborondón y Durán. 

Una muerte violenta por día es el promedio que registra la Zona 8, la más conflictiva del país. El comandante saliente de la Policía, general Víctor Aráus, lo ha informado y ha dado detalles de las metas que se había trazado y las que busca desde su nuevo cargo, como subdirector general de Investigaciones.

Las estadísticas reflejan un incremento en los tres cantones que estuvieron bajo su mando, entre enero y septiembre: Guayaquil, con más del 25 por ciento, Durán, con más del 131 %, y Samborondón, con el 500 %.

Hasta mayo, Aráus logró mantener los números similares a los de 2019, pero en junio los crímenes se dispararon. De ahí, en septiembre, hubo una disminución, pero el total fue mayor en comparación al período anterior, según los registros de la Comisión Estadística del Ministerio de Gobierno.

Cuando el oficial tomó la comandancia, de parte del general Ramiro Ortega Curipallo, quien estuvo 8 meses en el cargo, ya existía un incremento de homicidios intencionales. Y tanto Aráus como Ortega habían estimado que la mayoría de esas muertes tenían relación con el tráfico de drogas.

Eso llevó a Aráus, en su discurso de posesión, a enfatizar que trabajaría en conjunto con la Fiscalía y la Judicatura, porque eso le permitiría “ser más efectivo”.

“Dentro de varias estrategias me permito comentar algunas: apoyarme ciento por ciento en la producción de Inteligencia, que me permita prevenir los delitos por parte de organizaciones delictivas, y tener alerta de la posible evolución de nuevas tendencias. También neutralizar la economía del crimen organizado”, dijo en aquel entonces Aráus.

Sin embargo, algo con lo que no contaba en ese momento el oficial era la llegada de una pandemia, según sostiene en una entrevista concedida desde su nuevo cargo, con base en la urbe porteña.

Aráus explica que, debido a la crisis por el coronavirus tuvo que designar a por lo menos el 50 % de su personal, de todas las áreas, para cumplir con los controles y acciones solicitadas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE).

Eso redujo su “capacidad operativa”, argumenta.

En el centro de la ciudad existe temor por los robos. Sin embargo, las cifras de este delito demuestran que hay un decremento..CHRISTIAN VASCONEZ

Enfatiza que “indiscutiblemente, el 95 % de las muertes en Guayaquil está vinculado a violencia criminal, no a una violencia social”. Y a eso se suman los femicidios y otros hechos suscitados en sitios privados.

También explica que “lo que genera la percepción de inseguridad y que ha motivado preocupación a la ciudadanía son las muertes violentas y la forma en cómo se han dado”.

Para el general, esto se debe a “una situación de lucha de territorio, ajuste de cuentas, todas vinculadas al microtráfico y a una delincuencia organizada. Es muy difícil que la Policía pueda prevenir esas muertes, porque son muertes debidamente seleccionadas”.

Otra situación que agravó la violencia en la urbe porteña fue el fallecimiento o la salida de las cárceles de líderes de organizaciones delictivas, asegura Aráus. “Muchas de las muertes han sido de personas que han estado recluidas, cumpliendo una sentencia y obviamente salen a querer recuperar ese espacio de poder”, afirma.

Cárceles

Esa mención evoca otro ofrecimiento del jefe policial, el de contribuir a “un control adecuado de los centros carcelarios, para reducir la violencia, tanto interna como la que se genera hacia el exterior”.

Pero al principio no fue posible. El pasado 11 de agosto, el presidente de la República, Lenín Moreno, decretó el estado de excepción en las cárceles, sobre todo por los hechos de violencia suscitados en el Centro de Rehabilitación Social de Varones 1, del Puerto Principal, conocido como Peni.

Esta medida fue renovada el pasado 10 de octubre, por 30 días, aunque a inicios de septiembre se logró controlar la situación, después de que la banda Los Lagartos aceptara su traslado a otra área, para detener las peleas con sus rivales: Los Choneros.

“Esta escalada de violencia ha hecho que redireccionemos el tema investigativo a estas organizaciones, no solamente para desarticularlas, sino también para evitar que entre ellas se maten”, manifiesta el general Aráus.

Afectación por la pandemia

“Con mucha emoción, luego de 35 años de pertenecer a esta hermosa y noble institución, la vida me pone ahora el reto más difícil de mi carrera: estar en mi ciudad (...). Haré todo lo posible para que el Guayaquil de mis amores sea la perla en la que todos quieran vivir y a la que todos quieran volver”, se trazó Aráus como una posible meta, el 16 de enero.

No obstante, como lo ha mencionado él mismo, la percepción de inseguridad aumentó. En la Zona 8 están los dos distritos más conflictivos del país: Durán y Sur. Este último, limitado por el oeste con la avenida 25 de Julio, empieza en el Barrio del Centenario y se extiende por el golfo, hasta la isla Puná.

“Indiscutiblemente, el tema de la pandemia es algo que afectó la labor policial. La mayor parte del tiempo estuvimos dedicados a cumplir disposiciones del COE nacional en algo que era interés y preocupación de todos. Aquí estaba en juego la vida, no solamente del delincuente, sino de todo el país”, acentúa.

Y reitera que no contar con la mitad del personal preventivo y operativo complicó aún más la situación: “imagínese usted, donde permanentemente tenemos violencia criminal, tenemos violencia delictiva. Dividir al 50 %, o tal vez más, fue un tema que en realidad nos afectó”.


Productividad en la gestión de Aráus

Operativos: Se ejecutaron 435 mil operaciones.
Bandas desarticuladas:
319 organizaciones delictivas.
Detenidos: Hubo 6.284 detenidos en flagrancia y 1.321 por investigaciones.
Vehículos recuperados: Se registró la recuperación de 643 carros y 718 motocicletas.
Armas decomisadas: Se incautaron 1.347 armas cortopunzantes y 1.369 de fuego.
Droga incautada: 23,5 toneladas fueron decomisadas.

Tregua en la cuarentena

Las cifras de robos bajaron durante la gestión de Aráus, si se comparan con las del año anterior, porque los números disminuyeron durante la cuarentena, pero apenas esta terminó se notó un incremento. De mayo a junio, esta infracción registró un aumento del 102,15 %, pues pasó de 326 casos a 659.

De julio a agosto, en cambio, se redujo un 29,07 %, al pasar de 1.947 delitos a 1.381.

Pero el oficial ve esto como positivo, porque el panorama que se preveía era diferente: los investigadores esperaban un posible desorden social e inseguridad probablemente incontrolable.

“Y eso no hubo. Estaba previsto que iba a haber asaltos por la falta de alimentación. Estaba previsto que habría asaltos a locales comerciales, a entidades, saqueos. No sucedió lo que ocurrió en octubre (2019). Es importante que la ciudadanía conozca que la policía multiplicó sus esfuerzos. No hemos tenido una ciudad con violencia social y eso es un tema que se refleja en cifras (ver recuadro)”, afirma Aráus.

Llega a la urbe con los números a su favor

El general César Zapata Correa es el nuevo comandante de la Zona 8. Se ‘estrenó’ con la muerte de un supuesto delincuente que presuntamente llegó a robar en un local donde agentes vestidos de civil desayunaban, el pasado 17 de octubre.

En el sitio, el oficial adelantó que trabajaría en operaciones con policías que no lleven uniformes, para que se mezclen entre la población.

“De esa manera vamos a detectar grupos delictivos, porque si nos ven con uniforme o ven el patrullero, no se van a acercar, es obvio”, dijo.

Zapata fue el primer comandante de la denominada Zona 5 Especial, que comprende las provincias de Bolívar y Los Ríos.

En las cifras de Bolívar se observa que, en su gestión, hubo un incremento del 66,67 % en los robos, en comparación al 2019.

Pero en el global, logró una reducción del 1,27 %.