El hallazgo de una piscina llena de peces dentro de la Penitenciaría del Litoral ha puesto nuevamente en evidencia la incapacidad del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) para mantener el control en esta cárcel.

La mañana del jueves 3 de agosto, alrededor de 3.000 uniformados de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional realizaron una nueva intervención en los pabellones 5 y 12 de este reclusorio. Además de la mencionada piscina, encontraron varios animales de corral como patos y pollos, que se presume tendrían como objetivo ser alimento de los reclusos.

El SNAI no ha respondido los cuestionamientos sobre cómo estos animales ingresaron o si la institución tenía conocimiento de su existencia. Sin embargo, durante los pasados días su discurso ha sido que la ‘Peni’ está bajo su completo control.

Para el analista de seguridad Mario Pazmiño, esta aseveración es una gran mentira. “El hecho de que se críen tilapias, gallinas y otros animales, indica que la institución conocía de esto y que además lo permitía. Esto demuestra que en realidad el control sigue siendo de las bandas que operan en el interior”.

Más hallazgos

Otros pabellones que fueron intervenidos también presentaron novedades. Por ejemplo, en el pabellón 3 los militares desbarataron ocho torres que los reclusos utilizaban para vigilar y controlar el lugar.

En el pabellón 8, los uniformados ingresaron con picos, palas y combos, para romper paredes y estructuras en busca de posibles escondites de objetos prohibidos.

Además, personal que participó de la operación reveló que los reos también contaban con otras comodidades como cocinas, acondicionadores de aire y televisores.

Hasta el cierre de esta edición, pese a la insistencia de los medios de comunicación, el SNAI no se había pronunciado al respecto de los objetos decomisados, entre los cuales había armas de fuego, licores, droga, dinero en efectivo y gran cantidad de teléfonos celulares. 

La tilapia requiere de pocos cuidados

El biólogo Santiago Reyes explicó que la tilapia es una especie de fácil cultivo, por su resistencia a ambientes hostiles.

“Tolera bien diferentes grados de salinidad y su alimentación es muy variada. Puede comer pan, arroz, vegetales. Sí hay que tener cuidado con el agua donde viven, hay que mantenerla oxigenada para que sobrevivan, lo que puede ser un reto, especialmente en una cárcel”.

Añadió que las tilapias llegan a la talla adecuada para el consumo desde los tres meses y que una hembra puede poner unos 1.000 huevo en cada ciclo. (MVV)

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