Exclusivo
Actualidad

Mujeres venezolanas venden caramelos en las calles de Guayaquil. El comercio informal es una de las formas de conseguir algo de dinero.Valentina Encalada / EXTRA

¡La fuerza comercial de Guayaquil, el principal enganche para los migrantes!

En el Puerto Principal y otras ciudades como Manta y Machala, pueden encontrar trabajo en lo que sea. Eso hace que muchos busquen establecerse ahí.

Su esposo, Alejandro Alcalde (57 años), ingeniero en obras civiles con un buen empleo hasta que Venezuela entró en crisis. Ella, chef pastelera de profesión. Hoy, ambos sumidos en la informalidad, fuera de su país, lejos de su gente, venden donas rellenas con crema en las calles de Guayaquil.

La familia de Alejandro y Jessenia Díaz, de 37 años y mamá de Santiago, Sebastián y Esteban, pasará su primera Navidad en Ecuador, país a donde decidieron migrar en busca de un futuro y “para tener algo que comer”, admiten.

Llegaron el pasado 25 de septiembre. Huyeron primero de la crisis que agobia a su país. Salieron desde Táchira, San Cristóbal, hasta afincarse en Huancayo, en Perú. Pero ahí otro mal los sacó ‘soplados’: la xenofobia, que atacó duro a su hijo Sebastián, de 16 años, quien sufre una discapacidad motora del lado derecho. “Devuélvete a tu país”, le gritaban.

Entonces se vinieron a Ecuador. Y hoy aquí es otra cosa. “Mami, me siento como en casa”, dice Sebastián.

Ellos son parte de las más de 501.000 personas que la Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados) calcula que hay en Ecuador. Según las estimaciones, al menos 225.000 de ellos, la mayoría venezolanos, se asentarían en tres provincias de la Costa: Guayas, Manabí y El Oro.

El 56% de los migrantes trabaja en la informalidad; 37% están desempleados; 2% labora en actividades varias y el 5% restante no hay datos. 
Fuente: Informe ‘Monitoreo de protección’, de la Acnur (septiembre 2021)

Ciudadanos colombianos y venezolanos han llegado al país a pie y pidiendo aventones.René Fraga / EXTRA

De acuerdo con los datos, al menos el 52 % de los migrantes cuentan con estudios universitarios, muchos de ellos graduados en áreas como economía, administración, pedagogía y educación, diversas ingenierías (mecánica, eléctrica, industrial), o medicina y ciencias de la salud.

Sin embargo, ante la falta de empleo y por la necesidad, en Ecuador la gran mayoría se dedica al comercio informal, empleos de bajo salario o la venta de comida.

En su mayoría, según el propio informe, sufrieron un retroceso en la formalidad de su situación laboral en comparación con la que tenían en Venezuela. El 39,4% de las personas encuestadas indicó haber sido trabajador formal en su nación; mientras que en Ecuador solo el 7,57% declaró tener un empleo formal, el 52% estar en búsqueda de empleo.

El sabor de la manzana

Y si de pasar la primera Navidad fuera de casa se trata, Andreína Gutiérrez, de 25 años, puede darnos a todos una pequeña lección. El 23 de diciembre de hace tres años, a las 11 de la noche y con Camila Victoria de solo dos años en brazos, arribó a Ecuador. “Era increíble estar en otro país para estas fechas”, rememora.

Pero había que salir. “La crisis humanitaria (de Venezuela), en la que la alimentación era muy precaria, nos obligaba... Con decirte que en Ecuador fue donde mi hija probó por primera vez la manzana. Una experiencia muy bonita”, relata Andreína, quien al llegar empezó a trabajar igual que la mayoría de sus compatriotas: en la calle, en la informalidad.

Sin embargo, sus tres años de estudios en Derecho y su habilidad para interactuar con los demás, la llevaron a convertirse en enlace de sus compatriotas con la Red de Movilidad Humana de la Región Costa, organismo de asistencia a migrantes.

En Guayaquil, ahora Andreína trabaja con 34 menores, venezolanos y ecuatorianos, en un plan de apoyo escolar que acoge a más de 150 niños.

en lo que sea, pero trabajan

La región Costa ha sido históricamente un lugar de recepción de personas refugiadas y migrantes, al principio con la población colombiana (aunque aquí se divide también con la Sierra) y a partir del 2018 con la venezolana.

Uno de los puntos que favorecen este establecimiento, según el informe ‘Monitoreo de protección’, de la Acnur (septiembre 2021), es que “la Costa presenta numerosas oportunidades en términos de inclusión económica de personas refugiadas y migrantes, al ser la región económicamente más dinámica del país”.

Algunos venezolanos regresan a su país dentro del plan 'Vuelta a la Patria'. Pero aún son muchos los que siguen saliendo.Henry Lapo / EXTRA

Y así lo entienden migrantes como José Antonio Gallardo, de 24 años. Él dejó su natal Maracay, estado Aragua, porque no había nada. Fue a Colombia y “allá trabajaba en una bicicletería, pero solo me daba para comer, pagar arriendo y servicios, no había cómo enviar dinero a mi mamá allá (Venezuela)”, asegura el hombre, quien laboraba como conductor de camiones en una empresa de su país.

“Ecuador no me ha tratado mal. Esta ya es mi casa. Acá no tengo trabajo fijo, soy comerciante ambulante, vendiendo arepas. Aquí la actividad comercial de Guayaquil da para mucho”, dice esperanzado.

Un apoyo a los migrantes

La Red de Movilidad Humana Región Costa es un organismo que cuenta con el apoyo del programa Promire de GIZ - Cooperación Técnica Alemana, con financiamiento de la Unión Europea.

Esta trabaja en promover y defender los derechos humanos de los migrantes y refugiados, a través de servicios como alojamiento temporal y alimentación, protección y asesoría legal, apoyo para el mejoramiento de la calidad de vida y emprendimientos, ofrecidos por organizaciones de la sociedad civil e instituciones públicas.