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Referencial. En Ecuador ya existen ofertas para este Black Friday.Cortesía

La falta de 'camello' y el covid-19 agudizan las ventas para este Black Friday

Según expertos en economía, las casas comerciales deben apostar en digitalizarse para evitar que la gente se 'amontone' y pueda recibir sus productos sin necesidad de salir de casa.

¿Viernes negro o ‘color de hormiga’? El Black Friday es una conmemoración histórica americana que se comercializó tergiversando su verdadera esencia. Así lo dice el economista Clarence Altamirano, quien precisa que los demás países que la han adoptado, son ajenos a esta fecha y la utilizan como una temática más en el calendario comercial, pero “atractiva por la concepción del aprovechamiento de descuentos y tener salida de inventarios previo al inicio de la Navidad”.

Es decir, que los negocios ofrecen una serie de descuentos y ofertas para vender la mercadería en stock y presentar un balance comercial objetivo al término del período fiscal. Pero antes de entrar a esta festividad comercial, cabe analizar cómo Ecuador se prepara para ella.

El maestrante de Administración de Empresas en la UCSG explica a EXTRA que Ecuador ya se encontraba en una crisis económica previa a la pandemia actual, desencadenando más efectos secundarios no planeados.

“La producción total y final de bienes y servicios dentro del territorio ecuatoriano ya se encontraba en un estancamiento económico entre los años 2018 y 2019. Es decir, la producción y el consumo de los mismos se encontraban a niveles similares en periodos distintos”, indica Altamirano.

Lo que quiere decir que antes del covid-19, Ecuador andaba con un ‘cáncer’ al bolsillo que produjo pérdidas de empleos y situaciones alarmantes en los mercados financieros luego de la pandemia.

Pese a esto, los locales comerciales están lanzando la ‘casa por la ventana’ mostrando su ‘arsenal’ de productos que no se han podido vender para poderlos ‘rematar’ este 27 de noviembre de 2020, fecha que será el Black Friday en Ecuador y el mundo.

Para el posgradista en Economía de la Universidad de Manitoba (Canadá), Cristhian Sánchez, el panorama internacional del Viernes Negro es “negro”. ¿La razón? Según el entendido, los países de primer mundo han decidido cerrar los centros y casas comerciales para evitar aglomeraciones, mientras que en Ecuador “no se hace nada para bajar los niveles de concentración masiva” en diferentes lugares.

“Aquí en Canadá todo está cerrado y solo funciona lo necesario y básico. Es obligación hacer las compras en línea, ya que el sistema postal trabaja de maravilla y brinda todas las garantías para no salir de casa. En cambio, en Ecuador el sistema postal no funciona como se debe y no existe cultura digital”, dice Sánchez. Y Black Friday no es la excepción. 

“La única forma que se prevé para hacer las compras de Viernes Negro en Canadá y países de primer mundo es en línea”, insiste.

Además, precisa de que sí va a afectar a la economía mundial el hecho de que no habrá este año gente ‘en gajo’ comprando porque muchas tiendas no podrán adaptarse al sistema ‘on line’. “Esto es sencillo: te adaptas o te mueres”, enfatiza.

No obstante, el consumidor tampoco la verá lindo. Altamirano afirma, con las cifras del Banco Central en las manos, que el porcentaje de desempleo nacional al iniciar este último trimestre del año es 6.6%, cuando en una situación más estable esto debería estar entre un 2% a un 5%. Es decir, la falta de ‘camello’ hace tres meses viene subiendo de manera descontrolada. 

“Comparando con los meses más críticos, cuando se estuvo en alerta roja a nivel nacional, se ha pasado de 1.009.583 a 522.620 desempleados”.Clarence Altamirano / Maestrante Administración de Empresa UCSG
Clarence Altamirano es maestrante en Administración de Empresas de la Universidad CatólicaCortesía

Lo que significa que las personas ya no tendrán ‘billete’ para comprar, en este Black Friday, muchos regalos; más bien, “comprarían dos o máximo tres”, indica Sánchez. “Incluso, la gente debe ‘camellar’ más para ganar el mismo sueldo. Se hace esto para no ser despedido y tener el poder adquisitivo para –por lo menos- comprar algo este Viernes Negro”, agrega.

Acorde a Altamirano, la clave está en la “adaptación y visión” de los negocios frente al evento pandémico, ya que el Black Friday apunta a los mercados que no necesariamente son físicos.

“En la actualidad, los intercambios y transacciones no se limitan a ventas por tiendas tradicionales para la adquisición de productos tangibles. Ahora también se realizan en ambientes virtuales para su posterior despacho o para la adquisición de productos digitales”, explica.

Sin embargo, Ecuador, aún con pandemia y todo, no ha preparado una industria digital sólida que le permita asentarse y hacerles frente a eventos masivos como estos. “Ecuador está años luz de la digitalización y eso depende del pueblo y de sus mandantes”, sentencia Sánchez.

Sánchez subraya que tiendas como Amazon y Alibaba están consolidadas en materia digital y son las “salvadoras” para poder comprar sin salir de casa y tener descuentos. “Ecuador debe tener plataformas digitales para dar al usuario firmeza y confianza en un buen ‘delivery’, pero no habrá hasta que se cambie el ‘chip’ de la gente”, sostiene.

Y es que, para ambos expertos, al ecuatoriano le gusta palpar el producto antes de comprarlo. 

“Esto se da tanto en el comprador, que le gusta pasearse por un almacén, y al vendedor, que le encanta recibir el ‘cash’ sin ninguna transacción virtual”.Cristhian Sánchez / posgradista Universidad de Manitoba (Canadá)
Cristhian Sánchez es posgradista de la Universidad de Manitoba, en Canadá.Cortesía

Sin embargo, para que esto cambie hay eliminar ciertas costumbres, por ejemplo, el de pagar en efectivo. Siendo así, lo primero que debe ocurrir es que la persona debe tener una tarjeta de crédito o débito para realizar transacciones on line.

¿Qué deben hacer las empresas?

Altamirano sostiene en revisar su cadena de valor y optimizarla para no depender únicamente del volumen de ventas y de la brecha de la rentabilidad por producto para obtener utilidades. 

“Los ingresos también se producen al gastar menos y al hacer más rápido y mejor las cosas”, dice.

Además, enfatiza que las empresas deben comprender que hacer publicidad es solamente publicar y que promocionar no es un sinónimo de descuento. El mensaje, dice, puede llegar al usuario, pero si el entorno no es proclive no se llegarán a las metas deseadas.

Así las cosas, este Black Friday coronavírico será distinto por muchos motivos: económicos, sociales y culturales que solo obedeciendo a las normas sanitarias se podría parar la pandemia del covid-19 y disfrutar de las festividades con responsabilidad.

“Esta fecha será más beneficiosa para todos si se está dispuesto a llegar a un nuevo equilibrio de mercado sin la intención de salvar comercialmente el año porque un solo evento no será la solución para los negocios ni para incentivar totalmente a los consumidores”, concluye Altamirano.