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Los factores que conllevan a que muchos jóvenes se conviertan en delincuentes: ¡Todo queda en familia!
Expertos coinciden en que la desintegración familiar, la falta de amor y control conllevan a que muchos jóvenes busquen la solución fácil: ser delincuentes. Emulan el ‘ejemplo’ de conseguir todo a ‘vaca’.
... Aunque tú seas un ladrón, y aunque no tienes razón, yo tengo la obligación de socorrerte. Y por más drogas que uses, y por más que nos abuses, la familia y yo tenemos que atenderte. Solo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba jamás...”, es parte de la letra de Amor y Control, canción interpretada por el p panameño Rubén Blades.
Y precisamente esta melodía, que cuenta la desgracia de dos familias, podría asemejar el dolor y suplicio que el pasado 28 de septiembre embargó a Daniel Villacís Bastidas, cuando en el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil le confirmaron que tres de sus cuatro hijos, Deiby, Darwin y Jonnny Villacís Araujo, recluidos en el Centro de Rehabilitación Social de Varones N°1, engrosaban la lista de los fallecidos, en lo que fue la peor masacre carcelaria ocurrida en el país y que dejó 120 reclusos muertos.
Diez días después de este hecho, el crimen de Ángel Sánchez Miranda, de 37 años, en el suroeste porteño, presuntamente a manos de su propio hijo, con quien habría mantenido una rivalidad por pertenecer a otra organización delictiva, sobresaltaba a una sociedad hastiada por la ola de homicidios registrados en Ecuador, y que supera en un 82.5% a los ocurridos en el 2020.
Pocos días después, al hijo asesino se la ‘cobraron’ e, igual que su padre, murió a balazos. Hasta el viernes pasado, 2.306 personas habían sido victimadas en el país.
Otro suceso que causó conmoción fue el ocurrido el 5 de noviembre pasado en el sector de la Juan Montalvo, en el norte de la urbe. Ahí la víctima fue un chico de 16 años. Dos meses antes y de la misma forma murió su tío, José Fernando Ramírez Olvera, a manos de sicarios. Ambos presuntamente se dedicaban al expendio de droga. El padre del adolescente desde el 2018 está detenido por la misma causa, tráfico de sustancias sujetas a fiscalización.
El origen de todo
Pero, ¿qué pasó en el hogar de la familia Villacís Araujo para que todos sus descendientes varones se descarriaran y terminarán presos?, ¿qué modelo de vida le dio Ángel Sánchez a su hijo, a quien no le habría temblado el pulso para dispararle y acabar con su existencia?, ¿quién dio el mal ejemplo al muchacho asesinado en la Juan Montalvo, su padre, su tío, o ambos?
Este Diario buscó la opinión de expertos, un oficial de la Policía y de un representante de la Iglesia católica para dilucidar las interrogantes. Los consultados concluyen que las carencias económicas, la desintegración familiar, la falta de amor y control son los factores que conllevan a que muchos jóvenes se conviertan en delincuentes.
El psicólogo y máster en Criminalística y Ciencias Forenses Segundo Romero hace un análisis del comportamiento de la familia en la sociedad y afirma que la personalidad se forma en el hogar, cuando el niño y el adolescente casi siempre tratan de emular lo que hacen sus padres o sus mayores.
“Si ve que su familia se involucra en delitos como el robo, la venta y el consumo de drogas, y con reforzadores como las películas o las narconovelas donde engrandecen a los jefes de las bandas, él verá esto como un estilo de vida. En el caso del joven que mató a su padre, seguramente su progenitor no era una figura paterna, más bien lo veía como un opositor. Quizás fue un padre castigador, abusador y de conducta agresiva”, menciona.
El presidente del Colegio de Sociólogos del Guayas, Andrés Martínez Arrata, señala que, lamentablemente, existe una desintegración familiar, y que en la actualidad se han perdido los valores, la moral, la empatía, el amor propio y al prójimo.
“En el caso del padre con cuatro hijos delincuentes falló el entorno y todo se hizo una cadena. El mal ejemplo se irradió en toda la familia y no hubo fortaleza para poner un alto. El señor no buscó la ayuda de un experto para saber cómo actuar y si lo hizo, ya era tarde”, sostiene.
El arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Luis Gerardo Cabrera, expresa que muchas familias piensan que a través de las redes sociales se pueden comunicar con Dios y ya. “No hay tiempo para comer juntos, para dialogar. Necesitamos de la presencia de Dios para salir adelante. Es sorprendente conocer que hay niños que desde los seis años comienzan a consumir drogas y a los 11 o 12 ya son reclutados por bandas criminales para delinquir o convertirlos en sicarios”, manifiesta.
El coronel Dorian Balladares, jefe de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased) Zona 8, explica que hay ciertas modalidades de delitos, como el tráfico y microtráfico, donde los delincuentes pertenecen a un mismo entorno familiar o social, y que el 80% de muertes violentas se da por estas causas.
“Se dedican a estas actividades ilícitas por las ganancias económicas, incluso el nexo de consanguinidad y familiaridad se ve vulnerado por intereses que van más allá de la lógica, donde entre propios parientes se cometen asesinatos por ideologías que salen del ámbito normal y que recae en el plano criminal”, afirma.
Y como dice el músico panameño en otra estrofa de su canción... “cuánto control y cuánto amor tiene que haber en una casa, mucho control y mucho amor, para enfrentar a la desgracia...”, y precisamente esos son los valores que se necesitan para que los jóvenes dejen de ser protagonistas de la violencia actual y futura.
Alertas y recomendaciones
¿Cuáles son las alertas que se debe tener cuenta para saber que dentro del hogar existe una ‘oveja negra’? Romero y Martínez indican que cuando comienzan a perderse las cosas se miente por justificar alguna situación, sin tener empleo llega con ropa nueva, se aleja de la casa sin decir a dónde va, cambia su estado anímico y se torna agresivo e impaciente, es señal de que algo malo está pasando y lo recomendable es hablar con esa persona y preguntarle directamente.
Romero agrega que, por lo general, este tipo de familia no reconoce que ha caído en la delincuencia y, por consiguiente, no tiene deseo de recuperación, por lo que es necesaria la intervención del Gobierno, “pero se debe fomentar políticas de educación en los establecimientos”.
La recuperación familiar es un proyecto a largo plazo, “pero cuando hay más de dos o tres miembros contaminados es difícil recuperarlos, porque siempre uno de ellos seguirá inmerso en delitos”, acota.