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El explorador urbano Baly el Caminante desvela las historias ocultas tras las lápidas de este enigmático camposanto
Misterios del Cementerio General de Guayaquil: Extrañas ofrendas y rituales oscuros
Ejércitos de hormigas parecen reclamar una propiedad que no les pertenece, sino a la muerte. En filas organizadas, recorren los sepulcros en busca de azúcar en un corredor dedicado a niños, donde la memoria se viste de colores gracias a las frutas, dulces y juguetes que adornan casi todas las tumbas.
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Esta escena tan singular tiene lugar en una colina de la puerta 7 del Cementerio Patrimonial de Guayaquil, en las laderas del Cerro del Carmen. “Quienes caminan por aquí suelen escuchar risas y llantos de niños”, asegura el explorador urbano Christian Santos, conocido como Baly el Caminante.
Santos recorre sitios sombríos impulsado por su adrenalina, pero este camposanto porteño es uno de los lugares que más le estremece. En una ocasión, incluso escuchó golpes repetidos en una tumba cercana durante uno de sus recorridos.
A aquel corredor de infantes le guarda un especial respeto por las almas de quienes allí descansan. “La mayoría de estas tumbas están olvidadas; algunos brujos suelen dejar ofrendas para pedir permiso y transitar en paz hacia la cima de la colina”, comenta Santos.
Este sitio es también la entrada hacia un monumento a las ‘ánimas del Purgatorio’, símbolo de las almas de aquellos que mueren en gracia de Dios, pero aún no han alcanzado la purificación completa.
El lugar lucía cubierto de rosas frescas y flores sin marchitar, además de velas negras y blancas, monedas y restos de un habano. Lo que más llamó la atención de Baly fue una figura de la Virgen María con el rostro desfigurado y quemado. Aun así, el lugar se mantenía impecable.
“Este es el sitio donde llegan las almas antes de definir su destino. Los brujos encienden velas para guiar a estas almas hacia la luz. En una ocasión, incluso, alguien dejó una calavera real”, relata El Caminante.
A solo unos pasos de ahí se encuentra la icónica tumba de Antonio ‘El Brujo’ Valverde, quien tiene numerosos devotos en la ciudad, pues se dice que cumple tanto “malos como buenos” deseos. Santos cuenta que este sitio se llena de seguidores cada 18 y 31 de octubre durante lo que llaman La Fiesta de Valverde.
Historias urbanas del cementerio de Guayaquil
Un mausoleo con un inquietante secreto en este cementerio es el del banquero y político Víctor Emilio Estrada, fallecido en 1954. Cuando EXTRA visitó el sitio, había una vela negra intacta con una sustancia líquida, un arete y una moneda de origen europeo. Además, todo parecía estar acompañado de unas letras.
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“Cuenta la historia que este hombre era un caballero a carta cabal, acaudalado y elegante, y que hizo un pacto con el diablo, prometiendo que al morir su alma le pertenecería al mal. Por eso mandó a construir su tumba en cobre para evitar que el trato se cumpliera”, narra Baly.
Sin embargo, se dice que el espíritu de Estrada aún ronda esa zona de la ciudad cada día a partir de la medianoche. Taxistas le han contado a Baly historias de cómo, sin saberlo, han transportado a esa extraña presencia.
Otra sepultura particularmente notable en este camposanto es la de Manuel del Río (1800 - 1874), conocido como ‘El Abogado’. Algunos juristas, que enfrentan casos difíciles, dejan ofrendas en su tumba y le rezan, esperando que les brinde su ayuda desde el más allá.
Del Río fue un abogado destacado que llegó a ocupar el cargo de gobernador del departamento de Cartagena, en Colombia. Según Baly, su lápida casi nunca está sin flores, pues numerosos profesionales del derecho confían en el poder de esta tumba.
“Las historias de este lugar nunca dejan de sorprender”, concluye el explorador.
Significados de las ofrendas en el cementerio
Este tipo de ofrendas inusuales no son exclusivas de temporadas como Halloween o el Día de los Difuntos; según la esotérica y cartomántica Shirley Barahona (@ShirleyBarahonaTv), se realizan de manera constante.
“Mientras más ‘santitos’ tengas, mejor. Sin embargo, todas las ofrendas deben ser nuevas; de lo contrario, no ofrecerán ninguna protección”.
La vidente explica que en este panteón las ofrendas se utilizan tanto para solicitar favores con buenas intenciones como para invocar deseos oscuros, como la imagen de la Virgen con el rostro desfigurado.
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