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El cadáver de Moncho fue llevado a la morgue, en donde constataron que recibió seis impactos de bala.Miguel Laje

Lo eliminaron sentado en su moto

Tres tipos se acercaron a la víctima y le dispararon siete veces. Los presuntos verdugos fueron capturados cuando intentaban escapar

“No me dejen morir, llévenme al hospital”, fueron las últimas palabras que Luis Ramón Tumbaco Chele les dijo a unas señoras, tras recibir varios impactos de bala por parte de tres sujetos.

A decir de una testigo, Moncho, como conocían al ciudadano, caminó unos tres pasos y se desplomó. Los impactos de bala ya habían comprometido su vida y los intentos por salvarlo en el hospital León Becerra, del cantón Milagro, fueron en vano.

Sorprendido

El reloj marcaba las siete y media de la noche del miércoles 25 de noviembre y en los exteriores de una vivienda, en la ciudadela La Esperanza, Tumbaco Chele estaba sentado en su moto color azul. Había llegado a visitar a unos amigos, sin imaginar que tres sujetos desconocidos lo abordarían para atentar contra su vida.

¿“Tú eres Moncho”?, le habrían preguntado, según contó otra persona que presenció el hecho. Tras confirmar que se trataba de su objetivo, le dispararon por siete ocasiones. Seis de los proyectiles lo impactaron.

Una vez perpetrado el ataque, los desconocidos huyeron en una moto y en un auto color rojo. Ellos, al parecer, llegaron desde Guayaquil a cumplir con el plan, pero al no conocer la ciudad escogieron una ruta equivocada para escapar y en su intento fueron neutralizados por la policía. Entre los cinco detenidos consta un menor de edad.

Lo confundieron

Mientras tanto, en el lugar de los hechos, Criminalística ya había fijado siete indicios balísticos que fueron levantados casi una hora después. En el tanque de combustible de la moto de la víctima también había un proyectil.

Los moradores prefirieron ocultarse en sus viviendas y no emitir ningún comentario respecto al crimen.

Es que según las primeras indagaciones policiales, en una vivienda por donde se cometió el asesinato, supuestamente, se expende sustancias sujetas a fiscalización y el atentado tendría relación a esa actividad ilícita.

No obstante, para Luis Tumbaco, padre del occiso, la muerte de su hijo respondería a una confusión, pues afirmó que Moncho se dedicaba a la venta de piñas en el mercado La Dolorosa.

“Él era un comerciante. No sé por qué me lo mandaron a matar y yo espero que la justicia caiga sobre las personas responsables, y los que ya están detenidos que no queden en libertad”, expresó enardecido el progenitor de quien, según la base de datos policiales, registra un antecedente penal por robo.