Caterine Alexandra Medina, riobambeña de 31 años, aplica un lema en su vida junto a sus dos hijos: “Un día a la vez”. Asegura que no es una madre fuera de lo común, pero que debió llenarse de fuerza y coraje para afrontar la adversidad.

Sofy, su hija primogénita de siete años, fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin de células mixtas, un tipo de cáncer en el sistema linfático.

Una fiebre fue el preámbulo de lo trágico, que se confirmó en el momento más inesperado. “Fue un golpe muy duro. Recuerdo que fue en el cumpleaños de mi esposo, en diciembre de 2022”.

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Desde entonces han buscado la mejor opción de terapia para su niña. Han vendido todo lo que construyeron con esfuerzo y su patrimonio ha mermado.

Pero Caterine confía en que su hija se recupere completamente, aunque la espera será larga. Caterine no recuerda el último Día de la Madre; entre hospitales, papeleos, tratamientos y noches en vela, ha perdido la noción del tiempo. Para ella, lo único que importa es pasar ese día en familia, juntos. “Un abrazo, un beso, jugar, reír, disfrutar; nada es más valioso que eso”, expresa.

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