Las personas que viven en la entrada de El Conde, en el sur de Quito, se acostumbraron al olor de la marihuana, del bazuco... y de la muerte.

Todo esto se centra en especial cuando transitan por un parque lineal de 450 metros de longitud, el cual se ha convertido en un escenario de guerra entre bandas criminales.

Allí asesinaron a dos sujetos la noche del 29 de noviembre: Carlos Contreras, de 19 años, y Patricio Cofre, de 25. Ambos sin antecedentes penales.

Dos sicarios en motocicleta los mataron a tiros. Según las primeras indagaciones, se trataría por una presunta disputa por el control de la venta de droga en ese parque.

Acostumbrados al delito

Al siguiente día del atentado, una carpa de la Policía Nacional fue retirada del lugar. Aunque, según los moradores, no se perdió nada, pues allí nunca pasaban los uniformados: era utilizada por los mismos expendedores de estupefacientes para escampar de la lluvia o cubrirse del sol mientras repartían la ‘merca’ ilegal.

Si se recorre el parque se puede encontrar manzanas y papas con huecos negros que denotan que fueron utilizadas como pipas para fumar droga. Además, fundas con restos de bazuco o marihuana.

Mónica (nombre protegido) lleva a su hija para que se distraiga en los juegos infantiles. Al preguntarle sobre su percepción de inseguridad que viven en el sector, ella dice: “estamos acostumbrados a la guerra de bandas criminales. Siempre se están matando”.

Ya en 2021, un reportaje de Diario EXTRA advertía dicha realidad. En varias viviendas quedaron las marcas de los proyectiles, luego de una balacera entre dos estructuras criminales, que dejó a una persona muerta.

Bandas se pelean territorio

La capitán de Policía Diana Galarza explicó que los sospechosos se trepan a los árboles para esconder la sustancia y así evitan los controles policiales.

Añadió que desde las 19:00 esa zona se torna insegura porque “vienen pandillas a disputarse el territorio”.

Y eso se lo puede ver hasta la actualidad. En varias paredes que rodean al parque están grafiteados los nombres de algunos grupos delincuenciales.

Alberto Gaona es un habitante que huyó de la violencia que se vive en Guayaquil y no cree que iba a parar en otra zona peligrosa. “Estamos a merced de los criminales”, advirtió al mostrar la Unidad de Policía Comunitaria en la cual, mientras se hacía este reportaje no apareció ningún uniformado.

EXTRA se contactó con la Policía del Distrito Quitumbe para que un vocero dé a conocer la razón por la que retiraron la carpa y los controles que se efectúan. Lo único que dijeron desde el departamento de comunicación es que se han desplegado más unidades motorizadas para resguardar el lugar.

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