El traslado de Germán Cáceres desde Colombia a Ecuador puso en jaque a las autoridades ecuatorianas y a la familia de la víctima.

El exoficial es el principal sospechoso del femicidio de su esposa, la abogada María Belén Bernal, hecho ocurrido el 11 de septiembre del 2022. La Fiscalía de Colombia informó que lo capturaron en una zona denominada Palomino, al norte del país, el 30 de diciembre. Un turista lo reconoció. 

Juan Zapata, ministro del Interior, dijo la mañana del 3 de enero que el procesado estaría en el país “en las próximas horas”. Elizabeth Otavalo y la defensa de Bernal no estaban conformes con dicha información y alistaban maletas para viajar a Colombia y conocer la razón por qué no traían al presunto femicida.

Sin embargo, más tarde, el presidente de la República, Guillermo Lasso, publicó en su cuenta de Twitter que “con el resguardo de Interpol, de autoridades colombianas y ecuatorianas”, Cáceres era trasladado al Ecuador.

El abogado Galo Quiñones dijo que esta noticia los hizo desistir del viaje y aplazaron un día más para presentar el escrito de su acusación particular en contra del exteniente. Otavalo, por su parte, enfatizó que la seguridad e integridad de Cáceres queda en manos de las autoridades nacionales.

La Cancillería señaló que cuando Cáceres llegue al país estará a órdenes de la Fiscalía y de la Policía “para los procedimientos legales y valoración física”. Su llegada se tenía prevista para las 17:00 del 3 de enero.

Quiñones indicó que luego de eso solicitarán la ampliación de versión del detenido y otras diligencias que “tenemos pendientes para demostrar su culpabilidad”.

Escondite propicio

Más allá de la captura de Cáceres, ¿cómo pudo mantenerse escondido durante 103 días y burlar a la justicia?

Un médico quiteño que suele viajar a las costas caribeñas contó que Palomino, el lugar donde lo atraparon, está lleno de playas paradisíacas y selvas exóticas. El galeno añadió que existe bastante pobreza y poco desarrollo rural en la zona. “Tiene rótulos donde buscan personal para trabajar”.

Ana Minga, analista y experta en seguridad, explicó que esta zona es conflictiva porque se produce y exporta droga. “No es una coincidencia que Cáceres haya estado ahí”.

Minga indicó que por la facilidad con que se movilizó el fugitivo y por la capacidad de obtener documentación falsa en otro país, este tuvo que ser apoyado por alguna organización criminal que opera por la zona.

“Dentro de la cadena jerárquica, él debió representar alguna función baja. Por eso se desempeñaba en un bar”.

Minga explicó que en esta zona del Caribe opera el Clan del Golfo, un grupo narcoparamilitar que ha formado parte del conflicto armado interno dentro del vecino país y no sería “descabellado pensar que ellos lo apoyaron a Cáceres”.

La analista presume que gracias a la intervención de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos lograron dar con el fugitivo y no por trabajos de inteligencia, sino porque algún ‘soplón’ de la organización que cuidaba al exoficial lo delataría.

Añadió que en este momento lo primordial es salvaguardar la integridad del detenido porque, según ella, si los ‘gringos’ metieron mano, ellos querrán conocer más sobre su vinculación con el narco y eso “no les gustará a muchos generales”.

La prioridad es proteger a Cáceres

Luego de la captura y traslado del exteniente a Ecuador, la prioridad de las autoridades es enfocarse en brindarle seguridad durante el proceso judicial para que informe lo que ocurrió con María Belén Bernal en la Escuela de Policía.

Francisco Jiménez, ministro de Gobierno, dijo que se activaron los protocolos para que no le pase nada al exoficial y que este no merece “un tratamiento especial, pero sí un particular resguardo”.