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De los 26 locales que están en la calle José Antepara, solo tres funcionan por las noches.Leonardo Velasco Palomeque

Centro Histórico de Quito: El turismo golpeado por la inseguridad

El problema ha crecido con los apagones. Los dueños de negocios cierran cuando llegan los cortes

“¿Y si me metía para ayudarle y me daban un tiro?” Lo dijo Fabián Jiménez, un morador preocupado de San Blas, en el centro de Quito, quien relataba cómo atacaron brutalmente a un turista extranjero para robarle sus cosas.

El vecino contó que eran las 19:30 del viernes 15 de noviembre. No había luz en la zona por los apagones. Él cruzaba por la calle Guayaquil para regresar a su casa.

De pronto, escuchó el frenazo de dos motocicletas. Cuatro sujetos se bajaron de las mismas con armas de fuego y acorralaron a un ciudadano de otro país que también iba a cruzar la avenida.

Lo golpearon en el rostro hasta someterlo contra el suelo. Lo despojaron de todas las pertenencias y se le llevaron hasta el calzoncillo. Jiménez dijo que tuvo intención de hacer algo para ayudar a la víctima, pero no pudo por temor a que los delincuentes tomen represalias en su contra.

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Luego del ataque, el afectado se levantó aturdido y corrió desesperado hacia la calle José Antepara, al hotel donde se hospedaba. “Gritaba y pedía ayuda. Nadie le hacía caso porque estaba ensangrentado y desnudo”.

Esa misma noche, según Juan Carlos Rojas, presidente de San Blas, otros tres extranjeros, entre ellos una holandesa, fueron atacados por delincuentes.

La problemática de la inseguridad ha puesto en alerta a los habitantes de este barrio icónico, que es una de las entradas que conducen al Centro Histórico desde el norte. Ellos se han reunido para proponer alternativas y exigir a las autoridades mayor presencia en las zonas donde se dan este tipo de robos.

Apoyo comunitario en el Centro Histórico de Quito

Los moradores de San Blas realizan constantes reuniones para plantear soluciones.Leonardo Velasco Palomeque

Cuando se va la luz en el sector, sobre todo en la calle José Antepara, los lugareños se reúnen afuera de los negocios para mostrar a la delincuencia que están unidos y que los negocios no son vulnerables a sus ataques.

En ocasiones, pese al peligro que implica, Rojas indicó que arman pequeños grupos y se dan una vuelta por la zona para ‘marcar territorio’.

Esta avenida de piedra antigua, que tiene 200 metros de longitud y que es la conexión entre las calles Los Ríos y Pichincha, es una de las más visitadas por los turistas de otros países.

Tiene un toque europeo. Sus casas coloniales, adornadas con balcones y ventanales grandes, y pintadas con colores llamativos, transportan al visitante a otro lugar. Y sus hoteles, pizzerías, bares, restaurantes y cafeterías le dan un ambiente más acogedor y tradicional.

Esta calle es utilizada para eventos culturales que reúnen a miles de personas. Incluso, grandes marcas la utilizan como escenario para grabar los comerciales de sus productos.

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Durante el feriado de inicios de noviembre se realizó un festival que duró tres días y que convocó a más de 20 mil personas. La economía se reactivó, se dinamizó la convivencia social y hubo constantes patrullajes policiales.

Sin embargo, Gregorio Cagua, el dueño de un restaurante que queda al inicio de la calle, comentó que cuando no hay eventos, la José Antepara parece un ‘pueblo fantasma’ en el que reinan la inseguridad y la incertidumbre.

El negociante lleva más de 15 años en el sector y le cuesta creer lo inseguro que se ha vuelto San Blas. Cagua contó que muchos turistas que se hospedan en los hostales de la zona acuden a su negocio para comer algo antes de dirigirse al Centro Histórico a disfrutar de los atractivos.

Muchos de ellos regresan decepcionados porque han sido víctimas de robos. Clientes de Cagua le muestran fotos que se tomaron con él hace años y le recuerdan que en ese entonces la situación era más tranquila. “Qué pena que se lleven esa imagen de inseguridad en la que vive la ciudad. La crisis energética empeoró esto”.

Apoyo a los turistas extranjeros

La indigencia es otro problema que aqueja a los habitantes del Centro Histórico.Karina Defas

Según el Observatorio Nacional de Participación Ciudadana y Seguridad Integral (ONPCSI), en la parroquia del Centro Histórico existen 298 establecimientos comerciales, de los cuales un 76 % trabaja en horarios vespertino y nocturno.

El 68 % de esos negocios cierran antes de las horas habituales porque no tienen energía eléctrica y el tema de la inseguridad crece. El 21 % de los locales que permanecen abiertos tienen generador de energía. Los demás usan velas.

Santiago Delgado, morador de San Blas, mencionó que su sector tiene un potencial turístico atractivo y que luego de la pandemia de covid los extranjeros lo han visto como una opción para buscar sitios donde hospedarse. Sin embargo, el vecino lamentó que los turistas se llevan una imagen de que “aquí el caos reina a diestra y siniestra”.

Por eso, desde su negocio, sin el afán de generar miedo a los visitantes, dentro de la guía que les recomienda para su estadía en la capital les brinda recomendaciones sobre los lugares que son focos de inseguridad, o alternativas para que no se expongan a ser víctimas de delitos.

Según la Unidad Nacional de Seguridad Turística de la Policía, en el Centro Histórico están desplegados 90 agentes para contrarrestar cualquier tipo de delito en sectores estratégicos como El Panecillo y La Ronda.

Según las estadísticas que manejan, ha habido una reducción en el número de denuncias en comparación al año anterior. De enero a noviembre del 2023 se recibieron 290 y en el mismo periodo de este año fueron 173.

Rojas no cree que esta sea la realidad, dado que muchos extranjeros no alertan por desconocimiento y miedo.

En el caso del ‘gringo’ al que dejaron desnudo, este se limitó a pedir a los dueños del hotel donde se quedó que lo ayudaran para comunicarse con la embajada de su país y ver cómo le podían ayudar para retornar lo más pronto posible a su patria.

La abogada penalista añadió que el sistema de justicia en el país es muy lento como para que un extranjero confíe en el mismo. Señaló que un turista que es víctima de robo, secuestro o lesiones, debe hacer el mismo proceso que un ecuatoriano. “Si los ciudadanos del país no tienen resultados, mucho menos los tendrán los visitantes durante su estancia”, reconoció.

Las cámaras de videovigilancia no funcionan durante los apagones.Karina Defas

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