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Atentados en Quito: Ecuador vivirá lo más terrible
En la capital, la gente se atreve a decir que el país está peor que la Colombia de la época de Pablo Escobar
Luego de cinco días de los dos primeros atentados con coche bomba en la historia de Quito, el temor no se ha ido. Es más, ha aumentado y sus ciudadanos lo confirman en un contexto que podría ser peor de lo sucedido entre el 30 y 31 de agosto pasado.
Paúl Rengifo, ingeniero electrónico, cree que en Ecuador los ataques terroristas demostraron que el crimen está mucho más avezado que en la Colombia del narcotraficante Pablo Escobar (finales de los ochenta). “No tienen piedad. A los inocentes nos están atacando, nos intimidan”.
A ese criterio se une Eduardo Contreras, jubilado, quien considera que todo lo malo que atravesamos es herencia de los narcos mexicanos y colombianos. “Éramos tranquilos y acá en el país no se pasaba más que de la delincuencia común”.
Ante este difícil panorama, EXTRA consultó a dos especialistas colombianos para saber las similitudes entre ambos países, pero con más de 30 años de diferencia.
Mauricio Jaramillo, profesor de la Universidad del Rosario de Colombia y doctor en ciencias políticas, considera que la comparación entre el Ecuador actual y lo que sucedía en su país en la época de Escobar es inevitable. “Los atentados ocurridos en Quito demuestran que los grupos criminales mandaron un mensaje muy claro al establecimiento político del Estado”.
Jubilado
El parecido
A decir de Jaramillo, el Cartel de Medellín de Escobar mandaba esos mismos mensajes al gobierno cafetero cada que había un golpe contra este grupo narco. “Se ponía un coche bomba en cualquier sitio como fue el caso del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS)”.
En ese atentado, ocurrido en diciembre de 1989, en su capital Bogotá, los narcos hicieron explotar un bus con 500 kilogramos de dinamita. Eso causó la muerte de más de 60 personas y al menos unos 700 heridos.
Ingeniero
Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana de Colombia, dice que las bandas delincuenciales están fortalecidas no solo por sus alianzas con los narcos mexicanos, también han visto el ‘ejemplo’ de los narcos colombianos.
Según González, los coches bombas colocados en las oficinas del Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI) es una suerte de ‘participación política’ de los criminales. “Aunque parezca insólito, así intervienen estos grupos. En Colombia, las explosiones en la época de Pablo Escobar eran para meter presión en los políticos con el fin de que los narcos no fueran extraditados a Estados Unidos”.
Docente
A decir del analista, esto es una forma de presión para que el Estado y su accionar vaya de la mano con los intereses de los narcoterroristas. González dice que el hecho de haber militarizado el país, con los estados de excepción del presidente Guillermo Lasso, no será la fórmula mágica para que la violencia se acabe. “Un ataque del Estado en contra de los grupos criminales tendrá una retaliación que afectará mucho a la población civil”, predice este analista colombiano.
Analista
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