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Asesinato de ‘película’ en el sur de Quevedo
Sicario lo ‘cazó’ sentadito, con el celular en la mano, en el bar-restaurante donde la víctima trabajaba y le descargó un sinnúmero de balazos
Como sucede en las películas. Sentado, de espaldas y entretenido con un celular, así ‘cazó’ un sicario a su víctima en un bar-restaurante del cantón Quevedo, provincia de Los Ríos.
Cristhian Muñoz Ronquillo, de 32 años, laboraba en ese negocio por las noches. El crimen ocurrió el martes 2 de marzo, en las calles Jaime Roldós y Décima Octava.
La fatal noticia de su muerte se regó como pólvora y los familiares no demoraron en llegar hasta el establecimiento para ver lo acontecido. Allí se encontraron con la escena de terror. Muñoz yacía semiacostado sobre un mueble, ensangrentado y con varios tiros en su humanidad.
Los gritos de dolor no se hicieron esperar, pero ya nada se podía hacer por el dependiente. Los múltiples balazos que recibió le quitaron la vida en el acto.
Esa noche del martes, Cristhian salió hacia el restaurante donde laboraba a raíz de que perdió su empleo como auxiliar de enfermería en el hospital de la mencionada ciudad, el año pasado.
Era cerca de la medianoche y como el establecimiento estaba a punto de cerrar, el joven se sentó para entretenerse con su teléfono.
De espalda y con uno de sus pies apoyado en una mesa se recostó en las barandas que están expuestas a la avenida principal.
En las cámaras de videovigilancia se puede observar que mientras escribía en su celular, un sujeto que vestía jean azul y un buzo negro con capucha llega corriendo, lo apunta con su arma por la espalda y le da un disparo en la cabeza.
Al parecer le da nervios al sicario, quien intenta hacer tiros en seguidilla, pero el arma no le responde por lo que la vuelve a rastrillar para seguir disparando por, al menos, cinco ocasiones más. Su frío y mortal actuar dejó perplejos a los que estaban en el sitio.
Consumado el asesinato, aparece otro sujeto en moto que avanza unos metros para recoger al pistolero y salir como ‘alma que lleva el diablo’.
La esposa de Cristhian solo gritaba que no sabía cómo le iba a decir a su hijo que habían matado a su papá.
Era cinturón negro en taekwondo
Para los deudos no está claro por qué balearon a Cristhian. La progenitora, Olga Ronquillo, solo trataba de ser fuerte y no quiso pronunciar una sola palabra sobre lo acontecido. En cambio su esposo solo dijo que su hijo siempre fue una persona ejemplar, que le gustaba el taekwondo y que era cinturón negro. Añadió que era un destacado deportista.
El jefe de la Dinased, Marcos Proaño, manifestó que se encuentran en investigaciones para aclarar el crimen.