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Administrador de centro de tolerancia fue amenazado antes de masacre
Seis personas fueron asesinadas en un cabaré de Esmeraldas. Una disputa entre Tiguerones y Gángsters sería la detonante para la masacre.
El pitazo inicial para el encuentro de Ecuador contra Paraguay estaba a punto de sonar. Solo por esta ocasión, las chicas que trabajan en un night club ubicado en la vía a los puentes, en la ciudad de Esmeraldas, no serían las protagonistas porque la gente llegó para ver el partido.
Pero a las 18:15 del jueves 24 de marzo, seis personas ya estaban condenadas a muerte. A esa hora, dos hombres ingresaron al chongo con pistolas de calibre 9 milímetros, según Luis Mantilla, jefe de la Policía Judicial de la Provincia Verde.
“Estos dos individuos primero se fueron en contra de quien estaba custodiando la puerta y lo victimaron”, explicó el oficial. El afectado acabó sentado cerca de unas mallas metálicas con un ‘pepazo’ en el cráneo.
Y no fue el único. En la entrada, otros dos tipos recibieron ‘su parte’ del ataque. Ambas víctimas quedaron una encima de la otra después de esa primera ‘plomiza’: tenían tiros en la espalda y también en sus cabezas.
Ni las chicas se salvaron
Luego de eso, los sicarios se fueron hasta la zona en la que está el escenario y dispararon a otro más, quien cayó con una herida en su cráneo. En pocos segundos avanzaron a donde había hombres en las habitaciones y los atacaron, recibiendo los balazos en el pecho y en la espalda.
Pero eso no fue todo, porque los armados balearon ‘a lo loco’ hasta herir a gran parte de quienes se encontraban allí. Entre los afectados estaba una trabajadora sexual, quien recibió un tiro en la cabeza y quedó boca arriba en el piso.
Al finalizar su cometido, los dos gatilleros salieron del lugar y huyeron mientras la gente corría despavorida en busca de ayuda para los heridos, porque por los muertos ya nada se podía hacer.
A decir de Mantilla, la agresión armada estuvo dirigida a gente que previamente estaba siendo analizada por los sicarios.
Llamadas amenazantes
Los presentes se dirigieron a la vía principal para buscar auxilio. Entretanto, algunos grabaron el sangriento momento con sus celulares, mostrando la magnitud del ataque.
En las imágenes se observaba a unos hombres cargando a un herido, a quien lo pusieron por un momento en el piso. Luego, un automóvil negro detiene su marcha para que embarcaran al afectado y llevarlo hasta un hospital de Esmeraldas.
Al tiempo, los familiares de los baleados arribaban desesperados al sitio, en busca de noticias de sus seres queridos. Los gritos de las mujeres retumbaban dentro y fuera del recinto mientras la policía de la Zona 1 hacía su entrada hasta el night club mortal.
Jefe de la Policía Judicial
Los investigadores lograron conversar con el administrador del sitio, quien les detalló todo lo que había ocurrido. Él se salvó de morir porque se había escondido debajo de una de las mesas cuando comenzó la salvaje plomiza.
El trabajador les confirmó que minutos antes del hecho había recibido llamadas extorsivas. Esto había sido comunicado a unos agentes que realizaban un patrullaje preventivo cerca del centro de tolerancia, según la información policial.
La disputa
La indagación se extendió hasta cerca de las 21:00. A esa hora se había confirmado el fallecimiento solo de tres personas cuyos cuerpos quedaron dentro del chongo.
Algo que llamó la atención fue que en uno de los cadáveres se encontró un arma de fuego, a decir de Mantilla. El oficial explicó que el baleado sería parte de la banda Los Tiguerones, una facción de la agrupación delictiva Los Choneros.
Por eso se presume que quienes los atacaron serían integrantes de Los Gángsters, una banda alterna de Los Lagartos. Previamente, se había conocido que ambos grupos están disputándose el control del narcotráfico en la provincia esmeraldeña.
La mala suerte
Pero también hubo personas que aparentemente fueron víctimas colaterales. Uno de ellos fue Miguel Rojas, quien trabajaba como taxista. Su padre Maider contó que antes de la matanza había salido a laborar como todos los días y se dirigió al chongo a buscar clientes.
“Él se dedicaba a eso y no a quitarle las cosas a nadie. Todo el mundo nos conoce y sabe que mis hijos son honrados”, aseveró el progenitor.
Las pericias duraron hasta el mediodía de ayer, cuando se confirmaron las muertes de otras tres personas: es decir, seis en total. A más de Rojas, los agentes lograron identificar a cuatro más: Alexander Quiñónez, Diego Batioja, Mario Chichande y Krislindemar Sequera, ciudadana venezolana que se dedicaba al trabajo sexual en ese lugar. Solamente uno de los cuerpos todavía no ha podido ser reconocido.
El eje investigativo fue nuevamente al cabaré para seguir levantando información. Los policías por el momento no han dado con los sujetos que causaron esta matanza..
Padre de una víctima
La ola asesina se vivió esta semana
No pasaron ni 12 horas de este hecho sangriento, cuando se registró otro ataque al estilo sicariato. Sucedió la madrugada de ayer, en un sector conocido como San Rafael, donde un hombre perdió la vida tras ser baleado.
Pero todos estos no han sido los únicos casos. Durante el 23 de marzo, otros tres crímenes se registraron en tres cantones de la Provincia Verde: Quinindé, Rioverde y Esmeraldas. En esta última, dos hombres fueron tiroteados cuando miraban un partido de ecuavóley en el sector de La Chamera, en el barrio Propicia 2.
Uno de ellos perdió la vida en el mismo lugar mientras que el segundo murió en una casa de salud.