El estadio Mineirao es un templo del fútbol brasileño y mundial. En este reducto, ubicado en la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, se han jugado cinco finales de Copa Libertadores, Copas del Mundo y hasta Copa América.

Antes llamado estadio Minas Gerais, inaugurado el 7 de septiembre de 1965, logró acoger hasta 130 mil espectadores, pero desde su remodelación y para acogerse a las normas de la FIFA, debió reducir su número de asistentes a 65 mil. A pesar de esto, es uno de los escenarios más atractivos de Sudamérica. Aquí hacen de local Cruzeiro y Atlético Mineiro, aunque este último está cerca de acabar con la construcción de su reducto.

Pero más allá de su imponente infrestructura, hay mucha vida fuera del reducto brasileño. Su edificación grisasea contrasta con el color de los exteriores y por cómo se vive la previa de los partidos. Esta vez el equipo local era Atlético Mineiro o como le dicen los torcedores con mucha euforia "El Galo".

Muy similar a lo que se observa en Guayaquil, los sectorres aledaños al estadio tienen a los comerciantes que se adueñan de un sector y crean su vitrina llena de camisetas, pulseras, bandas, banderas y demás elementos tradicionales.

Hay camisetas de mayor y menor calidad. Una réplica muy bonita puede ascender hasta los 90 reales brasileños (uno 20 dólares según el cambio). Mientras que las de calidad no tan buena puede costar jasta 50 reales (un poco menos de 10 dólares).

El sector, que es uni de los más bonitos de Belo Horizonte, son ideales para los que les gusta entrar en calor con bebidas de moderación, ya que hay algunos bares por el sector y se activan con varias personas.

"Siempre hacemos un ritual antes de que juegue Atlético Mineiro. Venimos a este bar nos tomamos unas cervezas y conversamos de cómo nos va a ir", explica Jorge.

Pero en el tema culinario, hay una diferencia con Ecuador. Así como es muy clásico ver chuzos, choclos con queso o maduros, fuera de los estadios en Guayaquil acá en Minas Gerais hay tres platos clásicos que no faltan: los macarrones, los sanduches, canguil de colores y el Tropedo un plato tradicional de Minas Gerais, que lleva huevo, tocino, frejoles y verduras.

El precio de estos alimentos no superan los 60 reales (10 dólares) y son platos bastantes contundentes. Hay personas que aprovechan y se lo reparten.

Pero más allá de estos detalles y particularidades, es muy normal ver en gran número a las familias llegar al estadio. De hecho, varios de ellos con su parrillita para alimentarse.

Además, las calles aledañas están muy bien divididas para que no existan ningún tipo de atascos por el tráfico vehicular