Una nueva estructura criminal estaría operando en los valles de la capital, según información de los ejes investigativos de la Policía Nacional.

Los agentes llegaron a esta conclusión luego de rescatar a un padre e hijo quienes fueron secuestrados con fines extorsivos por varios sujetos, la tarde del 3 de septiembre, en Pifo, una parroquia rural al oriente de la capital.

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Las víctimas pretendían comprar un vehículo Toyota Fortuner que ofrecían por internet. Los compradores les citaron para hacer la negociación, pero fue una trampa. Eran pillos y los raptaron. 

Al no regresar a casa, sus parientes se preocuparon y subieron publicaciones a las redes sociales sobre su desaparición, también acudieron a la Unidad Antisecuestros (Unase) para denunciar el hecho. 

Al día siguiente, un familiar cercano de los desaparecidos recibió un mensaje en su aplicación de WhastApp en el que le pedían 30 mil dólares para que su padre y su hermano puedan regresar con vida a su casa. "No te comuniques con la Policía", decía en uno de los mensajes. 

Los agentes realizaron varias diligencias y pericias y lograron ubicar al señor, de 57 años, en una agencia bancaria de Tumbaco. Al  hombre se le veía asustado, preocupado y desorientado. Entonces, fueron donde el personal administrativo para averiguar más información.

Los trabajadores les indicaron a los agentes que estaba tratando de realizar varias transferencias de 4.000 dólares a diferentes cuentas hasta cubrir 30.000 dólares. El afectado había llegado con otro sujeto quien lo esperaba en una motocicleta con otro individuo. 

Se acercaron donde el señor y le comentaron que eran policías. Este les dijo que solo quería rescatar a su hijo, que desconoce su paradero y que a él lo llevaron cubierto el rostro hasta la entidad financiera. 

Además, el hombre se comunicaba con mediante la aplicación de WhatsApp con uno de los secuestradores quien le escribió: "Has las cosas bien", sabemos que estás con 'los pacos'". 

Los agentes ubicaron una moto con las mismas características en el barrio San Javier y lo allanaron. En el interior capturaron a cinco sujetos entre colombianos y ecuatorianos e incautaron seis armas de fuego. Además rescataron al joven que estaba en cautiverio. 

Estos, según las primeras indagaciones se dedicarían al robo y secuestro extorsivo. Uno de ellos les indicó a los policías que los lidera un sujeto con el nombre de David y que pertenecen a una organización criminal llamada Los Gallos. 

La mayoría de sus integrantes serían extranjeros y perfilarían a víctimas adineradas. La policía continúa buscando al resto de la agrupación para desmantelarla. 

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