Padre e hijo se trasladaron desde Él Inca, en el norte de Quito, hasta Pifo, en los valles, para realizar la compra de un vehículo tras ver una oferta en redes sociales y otras páginas de internet. 

La tarde del 3 de septiembre tenían previsto reunirse con los vendedores para realizar el negocio. Sin embargo, la esposa de los compradores se preocupó porque esa noche sus familiares no regresaron a dormir a casa ni tampoco respondían las llamadas.

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La mujer denunció el hecho a la Policía y comunico de lo acontecido a otros allegados para que la ayudaran a ubicar a sus seres queridos, pero no obtuvieron respuesta. 

Al día siguiente, ella recibió mensajes a su aplicación de WhatsApp en los que le indicaban que debía pagar 30 mil dólares para liberar a su esposo e hijo porque fueron secuestrados. La mujer se asustó y no sabía que hacer porque sabía que no podría completar esa cantidad de dinero. 

Por si fuera poco, los delincuentes le advirtieron a la señora que si no cancelaba lo solicitado iban a matar a sus parientes.

Agentes de la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) realizaron las primeras indagaciones del caso y ubicaron un inmueble en el sector de San Javier, en Tumbaco, en el que tenían en cautiverio a las víctimas.

En el lugar capturaron a dos venezolanos, a un ecuatoriano y a un menor de edad, quienes serían parte de una estructura criminal. Además decomisaron tres carabinas, dos revólveres, una pistola, ocho celulares y una motocicleta.

Los presuntos secuestradores fueron llevados a la Unidad de Flagrancia para iniciar el proceso judicial en su contra. La mayoría registra antecedentes penales y estarían relacionados con otros eventos criminales en los valles de la capital. 

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