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A pesar de los años, esta tradicional tercena se mantiene atendiendo en una casa de la venida 15 de Agosto y Paquisha, Playas.Néstor Mendoza

La historia de la carnicería más popular de Playas

Cilenio Mite, a los 12 años, vendía carne en bicicleta por las calles del balneario. Habitantes recuerdan con nostalgia las ‘yapitas’ que ofrecían.

Un niño de 12 años recorría las polvorientas calles de la entonces parroquia de General Villamil Playas en bicicleta ofreciendo carne; desde las ventanas, las amas de casa le gritaban: “¡Cholito, dame una carne buena como la que me trajiste ayer!”.

La carne salía de una tercena que en ese entonces estaba en el antiguo mercado, en un barrio que después adoptó el nombre de Cuba, donde se encuentra actualmente la sede de la Universidad Península de Santa Elena (UPSE).

Ese niño era Cilenio Mite Orrala, el primero de siete hijos de Pedro Pascual Mite Mazzini, quien recuerda cómo fueron los inicios de La Costeñita, que está próximo a cumplir 90 años y aún se mantiene en pie, tal como fue en sus inicios, en un local ubicado en la casa de Rosendo de la A (+), en la esquina de la avenida 15 de Agosto y Paquisha, en el antiguo barrio La Curva.

La casa, con persianas antiguas y puertas de madera, alberga esta popular carnicería. Nada ha cambiado, apenas la pintura de la casa, que ha sido renovada por mantenimiento, dice Mite, mientras ayudaba a bajar la carne faenada que llegaba al negocio.

En papel de despacho

Cilenio recuerda que en su niñez veía cómo sus tíos Marcos y Alejo, este último fallecido, despachaban la carne a los clientes, envuelta en papel periódico; posteriormente, ya lo hacían en papel de despacho.

Ellos eran sus tíos maternos, quienes ayudaban en la venta y faenamiento del ganado. Aprendieron a manejar el negocio y luego se independizaron, abriendo sus propias tercenas, seguidos por los hijos de sus tíos.

Los Mite, también conocidos como los Chirringos, traen el ganado desde Santo Domingo de los Tsáchilas.Néstor Mendoza

En ese tiempo existían potreros de ganado, de donde se extraían las vacas para faenarlas. Con el tiempo, el ganado fue disminuyendo y comenzaron a traerlo de Santo Domingo, hasta la actualidad.

Era la época de oro del turismo en Playas, donde llegaban muchos “blancos”, como llamaban nuestros abuelos a los turistas. La Costeñita proveía carne al desaparecido hotel Humboldt, al Cattan, que aún está en pie con otro nombre, y a otros hoteles y prestigiosos restaurantes de la época. Hoy lo siguen haciendo con otros establecimientos de hospedaje y comedores.

La yapita

Jacinta Yagual recuerda que conoció a don Pedro y José Mite: “ellos eran los que cobraban y siempre nos ponían un pedacito más de carne, como yapa. En ese tiempo, los que menos teníamos comprábamos el bofe, que era más barato que la carne, y con este se hacía un rico bistec”.

Andrés Jordán, de 70 años, recuerda que su padre, Miguel, compraba carne en esa tercena. Sus hijos y nietos lo siguen haciendo: “Toda una generación hemos sido clientes de los Mite, que también eran conocidos como los ‘Chirringos’, por su baja estatura”, dice Jordán.

"Siempre nos ponían un pedacito más de carne. Los que menos teníamos comprábamos el bofe, que era más barato que la carne, y con este se hacía un rico bistec”.Andrés Jordán, 70 años, cliente

El negocio siempre ha sido familiar; otros hermanos como Armando (+), Nilo, Silvino Javier (+), Jaime y Pepe Domingo también han estado al frente de la tercena. Este último recuerda que vendía fritada en los buses que llegaban de Guayaquil. “Allí aprendí a trabajar y manejar el comercio de la carne”, dice Pepe, que ahora tiene un puesto en el mercado.

Actualmente, el negocio de la carne se ha triplicado; incluso hay una gran cadena de carnes que llegó con su franquicia. Sin embargo, La Costeñita está en el corazón de los playenses.

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