Terminó la inseguridad que provocaba la presencia de personas en situación de calle y ‘drogos’ dentro de una casa abandonada en San Blas, centro de Quito. Sin embargo, los fantasmas y espectros astrales se habrían apoderado de la estructura, según vecinos.

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Esta propiedad que tiene más de 200 años y está ubicada en la intersección de las calles Vicente León y Oriente se ha convertido en el nicho de las almas.

La vivienda de Consuelo Arroyo colinda con la ‘casa del terror’, como la han llamado. Ella afirma que luego de que desalojaran a los indigentes empezaron a ocurrir eventos paranormales.

Desde hace dos semanas no hay personas dentro del predio, pero se escucharían pasos, voces, las puertas y ventanas se abren y cierran por sí solas. Por si fuera poco, para Arroyo, parece que el alma de una persona vaga por el lugar “reclamando algo”.

EXTRA ingresó a la propiedad junto a la moradora y al historiador Juan Carlos Rojas para constatar estos supuestos fenómenos de otro mundo y se notó una ‘energía pesada’ en varias habitaciones. Además, se hallaron dibujos tétricos en las paredes de algunos baños.

Rojas explicó que en esta propiedad se realizaban las reuniones durante el proceso revolucionario de Quito, desde 1809 a 1812. “Decenas de personas entraban y salían con antorchas en esa época”.

Mientras caminamos por los pasillos del tercer piso de esta propiedad, el historiador señala el techo y comenta que desde ese lugar una mujer se habría lanzado hacia el patio principal. Esto habría sucedido a mediados del siglo pasado, cuando en esta propiedad funcionó un colegio nocturno.

“Las personas más longevas del barrio todavía sienten la presencia de doña Aurora”.

Arroyo aduce que posiblemente el alma de la señora sería la que está cuidando la propiedad y ahuyenta a los visitantes. La moradora se dirige a los baños del primer piso en donde afirma que existen leyendas escritas en las paredes y figuras extrañas impregnadas en las baldosas. 

Y es cierto. Algunos cuentos extraños se pueden leer en las paredes. Uno de ellos concluye con: “a Nini, la bella vecina, la estaban conduciendo al cementerio”.

Además, cerca de estas palabras está dibujado con pintura roja una especie de pájaro deformado.

La parapsicóloga Esther Figueroa explicó que en este caso, la única opción para que la propiedad pueda estar libre de almas en pena sería demolerla.

Ella afirmó que solo por tener cientos de años, esta casa puede albergar una energía negativa. Más aún si fue parte de procesos revolucionarios en el que hubo muertes y guerra.

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Por otro lado, al haber sido un refugio de indigentes, delincuentes y de dependientes de estupefacientes, la ‘mala vibra’ se sobrecarga porque ese tipo de personas, según Figueroa, sufren mucho, no son felices y cargan resentimientos.

A esto hay que añadir si hubo algún tipo de abuso dentro de la propiedad que pueda incrementar la negatividad. Finalmente, el caso de la mujer que se habría quitado la vida es un detonante muy fuerte que, para la experta, pudo ocasionar que la casa se convierta en un portal energético en el que deambulan demonios y parásitos astrales.

Esto hace que la casa se transforme en un lugar peligroso para cualquiera “porque se convierten en ‘comidilla’ de las entidades malignas”. Por eso, para la experta, las personas que ingresen deben hacer rituales de protección.

Por eso, la especialista en temas paranormales enfatizó que la única manera de limpiar este sitio es demolerlo porque así, todas las paredes y estructuras que están contaminadas con espectros del más allá se irían. Aún así, hay que bendecir el terreno.

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