Con la ayuda de un can, agentes de la Policía descubrieron de más de una tonelada de cocaína escondida en cajas de banano destinadas a Estados Unidos. El hallazgo tuvo lugar durante la revisión de un contenedor listo para ser embarcado en un buque, la noche del viernes 17 de mayo de 2024.

Los agentes policiales ejecutaron una inspección a un contenedor con productos de exportación que iban a embarcarse en un buque con rumbo a Estados Unidos y hará transbordo a Guatemala. Durante la inspección, el perro que integra al grupo de Antinarcóticos, detectaron la presencia de sustancias estupefacientes.

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Ante la alerta positiva, abrieron el recipiente donde estaba las decenas de cajas con frutas, descubriendo  1.276 paquetes tipo ladrillo. La prueba preliminar homologada confirmó que el contenido  era  cocaína.

Tras el descubrimiento, los policías iniciaron una exhaustiva investigación para rastrear el origen del cargamento contaminado. Siguiendo con las diligencias, allanaron una hacienda en la parroquia El Portón, y revisaron el lugar. 

Además, en la madrugada de este sábado 18 de mayo de 2024, se llevó a cabo un allanamiento en un inmueble en la ciudad de Machala, donde se logró la aprehensión del administrador de la hacienda y del representante legal de la empresa exportadora. Ambos individuos fueron puestos a disposición de las autoridades competentes.

Como resultado de la operación, se incautaron 1.276 paquetes de cocaína, equivalentes a 1 tonelada y 484 kilos de la sustancia ilícita, así como dos rifles Mossberg calibre 16, 64 municiones del mismo calibre y un DVD-R.

Dos días antes, la policía detuvo a dos sospechosos que en un camión tipo furgón, el cual era conducido hacia la ciudad de Guayaquil, transportaban  300 paquetes  de cocaína, con un peso de 298 kilos 500 gramos. La sustancia ilegal había sido camuflada en el techo del automotor.

Agentes se percataron que el automotor era conducido de manera inusual y por ello detuvieron la marcha y procedieron a revisarlo. los dos individuos que fueron detenidos son ecuatorianos, de 35 y 51 años, quienes no registran antecedentes penales. 

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