Durante recientes operativos realizados por la Brigada de Infantería N7 de Loja, se logró el decomiso de 30 armas de fuego y diversas municiones en las carreteras y en la frontera. El armamento incautado no pudo ser justificado por sus portantes y será enviado a la ciudad de Quito para su destrucción definitiva. Este operativo forma parte de un esfuerzo continuo para reducir el tráfico ilegal de armas y garantizar la seguridad pública.

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También se retiraron 256 armas de la Policía Nacional, junto con 300 alimentadoras, las cuales habían superado su vida útil de más de 40 años de servicio. El armamento obsoleto fue entregado al departamento de control de armas para su adecuada disposición. Este proceso es esencial para mantener la eficiencia y seguridad del equipo utilizado por las fuerzas del orden.

El Capitán Andrés Loachamín, jefe de control de armas de la Brigada de Infantería N7, comentó que el armamento que será enviado a Quito ha pasado por pruebas rigurosas y no es apto para su uso. “Estas armas no cumplen con los estándares de seguridad y eficiencia, por lo que hemos decidido proceder con su destrucción,” explicó Loachamín.

Además, el Capitán Loachamín hizo un llamado a la ciudadanía para que entreguen voluntariamente las armas en su posesión. Aseguró que quienes entreguen sus armas no serán penalizados, siempre y cuando el armamento no esté implicado en delitos relacionados con la vida. La ley establece penas de 3 a 5 años de cárcel para aquellos que posean armas de manera ilegal y las utilicen en actividades delictivas. Esta medida busca fomentar la colaboración de la comunidad en la reducción de la violencia y el uso indebido de armas.

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