Ballenita quiere tener su ‘Bandera Azul’. Esta, en realidad, es una certificación internacional que destaca la calidad ambiental y el cuidado de un determinado lugar. Y la gente de este bello cantón de Santa Elena cree que lo merecen.

“Estamos muy motivados por conseguir la certificación Bandera Azul. Sería un gran logro para el balneario y la provincia en general”, señala con optimismo Benigno Rosales, quien preside el Comité de Turismo de Ballenita.

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El dirigente considera que al obtener esta certificación internacional, habrá un desarrollo turístico y económico a la par con la conservación de los recursos naturales y culturales que tienen. “Estoy convencido de que vamos a tener visitantes todo el año”, reitera.

Para conseguir el objetivo, representantes de los diversos gremios se han unido y organizado en grupos para cumplir tareas, como mantener limpia la playa y evitar contaminación ambiental. Además, se coordina con la policía acciones para evitar la criminalidad en el área turística, han implementado los botones de seguridad y mediante chats con la aplicación WhatsApp se mantienen en alerta.

“Hemos recibido capacitación en cursos de excelencia para atención en todos los servicios que necesita un turista. Estamos muy avanzados en esto”, comenta Diana Oña Muñoz, de la Asociación de Comerciantes Minoristas de Ballenita.

Para Iván Villavicencio, otro integrante del comité turístico, el compromiso comunitario es fundamental para acceder a la certificación, porque dentro de las cuantificaciones se debe fomentar la participación de toda la comunidad, incluidos negocios, asociaciones y moradores.

“Tenemos que ir de la mano con la asistencia técnica para aprovechar el apoyo de organizaciones que están ayudándonos”, afirma Villavicencio.

Sí Ballenita logra constituirse en balneario Bandera Azul pasará a ser considerado como un lugar con estándares de calidad en todos los servicios turísticos.

A los pobladores de Ballenita se ha unido un grupo de estudiantes de Turismo de la Universidad Estatal Península de Santa Elena y técnicos de la Fundación Coatsman, a fin de cumplir los parámetros exigidos para conseguir la certificación internacional. En mayo y junio realizaron una serie de conferencias y talleres sobre el tema.

“Es importante cambiar nuestro comportamiento para mejorar la calidad de vida de todos. Hay un compromiso en contribuir al cumplimiento de estas aspiraciones. Las metas han sido planificadas en bien de Ballenita”, dijo el residente Hermógenes Yagual.

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