“Al ver que ya era mediodía y mis primos no habían ido a desayunar a la vivienda de mi prima Beatriz, ella y otro familiar decidieron ir a verlos y los encontraron apuñalados”, relató entre lágrimas Anita Jiménez, mientras agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) y Criminalística realizaban las pericias para esclarecer el asesinato de los hermanos Carlos y José Mora Quinto.

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Las víctimas se encontraban dentro de su vivienda de planta alta, construida con caña y madera, en el recinto Durán del cantón Salitre, Guayas, rodeada por árboles de mango. Los hermanos, de 60 y 55 años respectivamente, se dedicaban a la comercialización de frutas, especialmente mangos que vendían en el malecón de la Bocana, en el cantón guayasense, pero este jueves 4 de julio de 2023 no habían salido a trabajar.

La ausencia prolongada levantó sospechas entre sus familiares, quienes decidieron buscarlos en su hogar. A las 12:00 de este jueves 4 de julio, los encontraron sin vida. Habían sido atacados con múltiples puñaladas en la espalda y otras partes del cuerpo, encontrándolos en la sala de la vivienda, ubicada a unos 60 metros del río Vinces.

El mayor Juan Endara Romero, jefe encargado de la Policía en Salitre, mencionó que el doble crimen habría ocurrido alrededor de las 05:00 de  este  jueves 4 de julio. 

Hasta el cierre de esta edición, los agentes continuaban con el procedimiento en la escena del crimen, donde se encontró un cuchillo que posiblemente fue utilizado en el hecho. También están analizando otras pistas para esclarecer el misterio que rodea estas muertes, ya que al parecer, no se llevaron nada de valor de las víctimas.

Anita Jiménez confirmó a EXTRA que sus primos se dedicaban desde hace más de 30 años a la venta de mangos y otras frutas en el malecón del cantón. La pariente también aseguró que las víctimas vivían solas en la residencia donde fueron encontrados.

“Pido justicia y una investigación exhaustiva sobre sus muertes, ya que ellos no tenían enemigos”, subrayó Anita, 

El doble crimen ha sorprendido a la comunidad vecina, pues no se reportaron ruidos ni ladridos de perros durante la madrugada. Se presume que los criminales podrían haber escapado en canoas, dado que la vivienda de las víctimas está cerca del río.

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