La furia del invierno golpeó con fuerza la parroquia Guayzimi del cantón Nangaritza, provincia de Zamora Chinchipe. La madrugada del 7 de febrero, el río Nangaritza se desbordó, arrasando con todo a su paso y dejando una víctima mortal. Diego Danilo Guaya Delgado, de 43 años, salió en medio de la tempestad para salvar su ganado, pero jamás volvió.

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Su padre, Herminio Guaya, recuerda con angustia los últimos momentos en que vio a su hijo. A las 03:30, el agua comenzó a entrar en su vivienda. La corriente crecía con rapidez, amenazando con llevárselo todo. Desesperado, Diego tomó una linterna y salió sin dudarlo hacia la finca, donde tenía al menos 15 reses. Su instinto de protección fue más fuerte que el miedo, pero el destino le tenía preparado otro desenlace.

Las horas pasaron y la angustia se convirtió en desesperación. Al no tener noticias de Diego, su padre decidió pedir ayuda. Con la esperanza de hallarlo con vida, familiares y vecinos se unieron a la búsqueda. El ECU-911 coordinó un operativo con el Cuerpo de Bomberos y Gestión de Riesgos, quienes recorrieron la zona con la certeza de que cada minuto contaba.

Hallaron su cuerpo entre maleza y lodo

El desenlace fue devastador. A las 11:45 de la mañana, entre la maleza y el lodo, hallaron el cuerpo sin vida de Diego. El agua lo había arrastrado lejos de su hogar, el mismo que intentó proteger en sus últimos momentos. La noticia corrió como pólvora en la comunidad, que de inmediato se volcó al lugar. Lágrimas y lamentos llenaron el ambiente. Nadie podía creerlo.

El río Nangaritza ha cobrado una vida, pero la amenaza sigue latente. Con cada aguacero, los habitantes temen que la historia se repita.

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