En Bajo Alto, playa de El Guabo, en la provincia de El Oro, la gente está con miedo. Desde el pasado 19 de mayo de 2024, cuando se desató la violencia, comuneros y turistas están con incertidumbre y algunos prefieren no abrir sus locales.

En el balneario hay 38 locales, entre discotecas y picanterías, donde no se puede disfrutar. La tensión surgió cuando sujetos irrumpieron y dieron bala en un bingo bailable donde había más de 100 personas. El resultado: tres muertos y cuatro heridos.

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Desde esa fecha se vienen reportando atentados con explosivos y ataques armados a pescadores. La hipótesis de la policía es que se trata de una ‘guerra’ entre células de un grupo terrorista que opera en la costa de El Oro.

El atentado terrorista registrado el 19 de junio de 2024 fue el más crítico, tanto que obligó a su gente a encerrarse en sus viviendas. Ese día, varios pescadores que salieron a su faena desde Bajo Alto fueron atacados en alta mar, a dos kilómetros, en el sector La Puntilla.

Según la Marina de Puerto Bolívar, el ataque contra los pescadores ha dejado siete fallecidos. Los terroristas quemaron una de las embarcaciones afectadas y el personal de la Armada del Ecuador vio dos cuerpos carbonizados en el interior, pero no pudieron sacarlos, porque la panga se hundió y aún no han realizado la extracción.

La mañana del jueves 20 de junio, pescadores encontraron tres cadáveres en estado de descomposición y tenían impactos de bala en la cabeza. Dos de las víctimas fueron identificadas como Jandry David Jiménez Perea y Anthony Alexander Lucas Carrasco.

Tras la masacre en el sector de La Puntilla de Bajo Alto, que hasta el momento ha dejado siete fallecidos, se realizó un operativo en la parroquia Puerto Bolívar. Mediante labores de inteligencia, agentes de Policía e Infantería de Marina conocieron que en el barrio Amazonas se ocultaba un sospechoso.

La noche del jueves 20 de junio allanaron una casa y detuvieron a Jaime Riofrío, quien registra una detención por atentado al pudor. Según el informe policial, en la incursión también decomisaron un fusil.

Mientras siguen las investigaciones, Bajo Alto pasó de ser uno de los principales sitios turísticos de la provincia, a un espacio con zozobra y rodeado de policías y militares.

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