Una historia de maltrato animal y un milagro de la vida se entrelazaron en el balneario ecuatoriano de Playas en julio de 2020. Leonardo Morales, al detener su vehículo, se encontró con una escena desgarradora: una perrita colgaba de un árbol, con su cuerpo mutilado y lleno de gusanos.

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“Estaba colgada del cuello dentro de un saco, suspendida de la rama de un árbol con un alambre de púas. Tenía un chuzo atravesado en el hocico y, debajo del animal, había ramas quemadas, como si hubieran intentado matarla a fuego lento”, narra Leonardo a EXTRA.

Con valentía, la rescató y la llevó a su hogar, donde su madre, Gioconda, inició una lucha contra el reloj para salvarle la vida. Lo primero que se le ocurrió hacer fue embadurnarle el cuerpo con helados que tenía en una tarrina, para aliviarle el dolor.

La perrita, que más tarde sería bautizada como Tatiana, tenía heridas profundas y extensas. Gioconda le aplicó remedios caseros y limpió sus laceraciones. Día a día, el animal mostraba signos de mejoría y, poco a poco, su espíritu luchador se impuso.

La recuperación de Tatiana fue un proceso largo y arduo. Gioconda la alimentaba con sopita de paloma, hígado y menudencias para que se recupere. Después de un tiempo, su pelaje volvió a crecer, su energía se renovó y su mirada recuperó el brillo. Tatiana se convirtió en un miembro más de la familia Morales y en una celebridad local.

Su dueña la viste elegantemente, le pinta las uñas y hasta planea ponerle aretes. Tiene al menos una docena de vestidos. Aunque no le gusta entrar a los locales comerciales, los dueños de estos le hacen regalos: diademas, ropa, aretes y hasta ropa interior. A veces, con el hocico señala lo que quiere que le obsequien. Cuando camina por la calle, niños y hasta autoridades quieren tomarse fotos con ella.

La perrita es mansa y se deja acariciar, pero cuando percibe que una persona no es buena, le ladra y tira de la mano de su dueña para apartarse. Una vez, al kiosco de Gioconda en el malecón, donde vende batidos y tostadas, llegó una turista italiana que se enamoró tanto de la perrita que pidió que le pusieran su nombre, Tatiana, y el de su madre, Katiuska. Desde entonces, la bautizaron como Tatiana Katiuska.

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Lamentablemente, la felicidad de Tatiana se vio interrumpida cuando fue secuestrada hace poco más de un mes. La noticia conmocionó a la comunidad. Una ‘robaperros’ la cogió y se la llevó en un carro blanco de alta gama mientras doña Gioconda hacía unas compras en el mall.

Gracias a la rápida intervención de un abogado, la perrita fue recuperada sana y salva. Inclusive, la mujer que se llevó a la perrita ofreció dinero a cambio de Tatiana, pero Gioconda declinó la oferta.

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