En la parroquia Mulalillo del cantón Salcedo, en Cotopaxi, son velados los restos mortales del bombero Hernán Tercero, quien falleció a causa de una puñalada mortal que recibió la madruga del miércoles 1 de enero. En primera instancia fue trasladado hasta el hospital General de Latacunga, pero por la complejidad de la herida falleció la tarde del 1 de enero.

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Keli Acero, cuñada de Hernán -conocido por su carácter sociable y su dedicación a la familia- relató cómo había sido su familiar político. “Siempre unió a la familia, nunca fue de separarnos. Él hacía que cada reunión fuera especial”, comentó con nostalgia, refiriéndose a los momentos que compartieron en la casa de la familia, ubicada en la parroquia de Mulalillo. “Esta es una gran pérdida”, expresó, refiriéndose a los hijos de Hernán, de 11 y 4 años, quienes quedarán huérfanos de padre. “Ellos necesitan a un padre para guiar sus vidas”, añadió.

Un hombre dedicado a salvar vidas

Keli recordó también la vocación de su cuñado como bombero. “Era una persona con una gran vocación. Siempre le había gustado ser uniformado”, relató. A lo largo de su carrera, Hernán se destacó por su dedicación y servicio en situaciones de emergencia, especialmente durante incendios y desastres, cumpliendo siempre con los más altos estándares de su institución.

La noticia de su trágica muerte llegó inesperadamente. “Estábamos en la casa en el Quinche cuando recibimos la llamada. Nos dijeron que le habían apuñalado”, recordó Keli, visiblemente afectada. “Fue como un sueño, no lo podíamos creer. Al llegar al hospital, nos confirmaron que había fallecido”, agregó con un suspiro.

La familia, desconcertada y sumida en el dolor, reflexionó sobre la fragilidad de la vida. “Nosotros no tenemos la vida comprada”, concluyó Keli, resignada ante la partida prematura de un ser querido.

Por su parte Elizabeth Tercero, cuñada de Hernán, compartió que su legado no solo quedó en su familia inmediata, sino también en sus sobrinas. “Mis hijas, al menos, lo vieron como una figura paterna, ya que no tienen a su papá cerca”, relató Elizabeth. El respeto y la admiración por su cuñado eran evidentes en cada palabra. “Lo respeté mucho y lo valoré muchísimo”, añadió con una voz quebrada.

Aunque aún no entienden completamente las circunstancias de su muerte, Elizabeth se mostró resignada pero firme. “Como dice el dicho, Dios sabe por qué hace las cosas. Lo único que pedimos es justicia”, expresó. La familia Tercero, marcada por la pérdida de un ser querido, busca justicia y comprensión en medio del dolor.

No más extranjeros

Victor Hugo Tercero, presidente de la FECOS, señaló que después de una reunión mantenida con los dirigentes de las comunidades dan cono resultado tres planteamientos claros ante las autoridades y la ciudadanía: “No trabajo a ciudadanos extranjeros, cero extranjeros en todo el cantón, y respeto a la justicia indígena”. Estos puntos, según explicó, fueron resueltos por la comunidad tras confirmarse el asesinato de Hernán Tercero. 

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