A las 10:00 de este jueves 9 de enero de 2025, en el cementerio general de Esmeraldas sepultaron a Daira María Guagua Cortez, madre de cinco hijos, cuya muerte, envuelta en el misterio, ha conmovido a la comunidad de barrio El Regocijo.

En medio del dolor, los allegados narraron cómo, tras días de angustiosa búsqueda, lograron encontrar a Daira el martes 7 de enero de, luego de que desapareciera la semana anterior, el jueves 2 de enero e 2025.

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Su hermana, Mireya Guagua Cortez, explica que rastrearon la ubicación del celular. El dispositivo dio señales en el hogar de Daira. Por ello, los familiares volvieron a revisar el inmueble y sus alrededores para ubicarla.

Una amiga de la víctima que se unió a la búsqueda, estando en la zona de un criadero de cerdos, resbaló y, al intentar levantarse, utilizó un palo que vio en el suelo. Al hacerlo se liberó un hedor nauseabundo.

Intrigados, quienes buscaban a la madre comenzaron a remover en el área, pensando que podría haber un puerco enterrado, pero descubrieron una escena más aterradora.

Mireya, con un cuchillo en mano, comenzó a cavar y pronto se dio cuenta de que lo que tenía ante ella no era un animal, sino su propia hermana. La piel sin vellos y el cabello confirmaron sus peores temores.

La mujer a la que buscaban desde hacía cinco días estaba sin vida en esa zona lodosa. Sin embargo, lo que más intriga a los parientes es el resultado de la necropsia.

Informe y confusión

El informe del Centro Forense de Esmeraldas no especifica la causa por la cual murió Daira, lo cual ha dejado a la familia más confundida.

El acta entregada precisa que la víctima tenía moretones y golpes, pero, según los forenses, no fueron suficientes para determinar el motivo de muerte. La causa del deceso fue registrada como “indeterminada”, lo que ha llevado a la familia a cuestionar a las autoridades.

El informe forense les ha reabierto las heridas y ha encendido la llama de la indignación. Los familiares exigen respuestas. “No puede ser, nos dicen incluso que tal vez mi hermana fue enterrada viva”, dice Mireya entre lágrimas. La familia ha denunciado el caso en la Fiscalía, buscando justicia.

Esposo no aparece

La tensión crece y la comunidad se pregunta qué realmente sucedió con Daira. El esposo de la víctima no aparece desde que se descubrió el cuerpo. Su celular permanece apagado, dejando a la familia con más preguntas. “Llamamos y no contesta. Solo dijo que no sabía nada”, manifestó Mireya, evidenciando la creciente desconfianza hacia él.

Daira deja cinco hijos, dos de los cuales tienen discapacidad, y por su ausencia queda un vacío irreparable en sus vidas. La comunidad de Esmeraldas se une al clamor de justicia, esperando que las autoridades actúen con celeridad y transparencia en este caso.

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