Hace una semana se supo de los casos de jugadores del equipo Flamengo de Brasil que resultaron positivos, previo a su venida al Ecuador para enfrentar al Barcelona, el pasado martes por Copa Libertadores. El equipo del Astillero, hinchas, toda la comunidad prendieron las alarmas con menos de 48 horas ante una eventual cancelación del partido.

Y de remate, medio aterrizaba la plantilla brasileña en Guayaquil, aparecen más casos de contagio. Con todo esto y lo que sabían las autoridades, armaron un show el día del choque futbolístico, donde bailaron el COE, Alcaldía y demás. Mientras el organismo provincial de la salud prefirió que no se ejecute el encuentro, la alcaldesa Cynthia Viteri, iluminada por alguna ‘señal divina’, exigió que el Monumental dé paso al choque copero.

El partido se disputó, por el cual el Ídolo sentenció su eliminación de la competencia sudamericana. Como para encender más la polémica, al día siguiente apareció otro jugador contagiado del ‘mengao’ que disputó el juego.

Se espera con el desarrollo del partido de ayer entre los dos clubes ecuatorianos que jugaron ante los brasileños (Independiente del Valle despachó con goleada de local al club brasileño la semana pasada) no haya más novedades de contagios.

Ante tanta polémica, lo más sensato debería ser parar un partido en la vida, antes que la vida se pare por un partido.