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Opinión

Editorial: Carnaval pandémico

Hoy sábado se inicia un feriado atípico en el país. Debido a las medidas de bioseguridad y diversas restricciones impuestas por el Gobierno para evitar los contagios del COVID-19 en la población, los tradicionales festejos masivos por carnaval han sido suspendidos. Y no es para menos, pues el riesgo de infección es enorme, así como la incertidumbre que ronda tras la jornada electoral en la que millones de ecuatorianos participaron el domingo pasado.

El COE Nacional dispuso que en estas fiestas las playas permanezcan cerradas lo que impedirá, como en los años anteriores, que se produzca un masivo traslado de turistas y a otros sitios de diversión en todo el país. Por lo menos en esta ocasión el anuncio del Gobierno se ha hecho con tiempo y los empresarios turísticos no harán las millonarias inversiones en sus instalaciones, como sucedió en Navidad y Año Nuevo, y que produjeron grandes pérdidas económicas en este sector.

Ojalá, además, que tales restricciones impuestas por las autoridades no provoquen un regreso a las malas costumbres de antaño en que las fiestas carnavaleras se daban salvajemente mojándose los unos a los otros. Se había avanzado, pues, bastante en la culturización de estos festejos que heredamos y es de esperar que sigamos observando la misma conducta civilizada, a pesar de las faltas de incentivos fiesteros.