Los reclamos de los ciudadanos parecen importarle muy poco a la Prefectura de Pichincha. Aunque el despilfarro ha quedado expuesto, luego de que destinara 480.000 dólares para un mural en una plaza sucia y maloliente, y entregara ‘full’ billete a Radio Pichincha por servicios de comunicación (y que, por supuesto, esta obtuvo réditos), la institución sigue con los ‘oídos sordos’. Lo que sí mantuvo fue el impuesto de 18 dólares a la matriculación. Envuelto en irregularidades, el trabajo del Gobierno autónomo se muestra opaco. Quizá oscuro. La gente no sabe qué se hace con la plata, porque las obras no son palpables. O ‘a medias’, como el estado de las vías de la provincia. ¡Qué problema!

¿Está de acuerdo con los gastos de la Prefectura?

“Se debería generar un proceso para aprobar los gastos de las entidades públicas. La Prefectura invierte en cosas que no aportan a la provincia”.

“Por falta de transparencia se genera desconfianza. Si buscaba el beneficio para el turismo, se debe hacer que funcione y tenga resultados”.