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Judicial

Se triplicaron los crímenes en Los Ríos

En dos días hubo dos asesinatos dobles en Quevedo. En un caso, dos hombres fueron baleados e incinerados. En otro, eliminaron a un padre y su hijo.

En una fábrica de hielos se suscitó un doble asesinato al mediodía de ayer, en Quevedo.
En una fábrica de hielos se suscitó un doble asesinato al mediodía de ayer, en Quevedo.DV

Las muertes violentas se han incrementado en la provincia de Los Ríos, de acuerdo a las cifras oficiales. Este 2022, hasta el mediodía del 4 de julio, las autoridades policiales registraron 180 muertes violentas en sus estadísticas. Estos datos reflejan 114 casos más que en 2021 durante el mismo lapso.

Es por eso que, en la actualidad, esta jurisdicción es considerada como la tercera con más violencia criminal en Ecuador, después de la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán) y la provincia de Esmeraldas.

Los Ríos está conformada por 13 cantones. Su capital es Babahoyo, pero esta no es la ciudad con más asesinatos de la provincia, pues ese lugar lo ha tomado Quevedo, una localidad ubicada estratégicamente en medio de las vías que conectan con Guayas, Santo Domingo y Cotopaxi.

En la Ciudad del Río, como es conocida esta población, han ocurrido 85 asesinatos en este 2022. Los últimos cuatro fueron el lunes 4 de julio y el día anterior, pues se suscitaron dos asesinatos dobles.

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Los Ríos: Aterrador asesinato de dos hombres en vía rural de Quevedo

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Crimen en fábrica de hielo

El hecho más reciente fue el acontecido en una fábrica de hielo de la parroquia Venus del Río Quevedo, a las 12:00 del 4 de julio. En el sitio, fueron atacados a tiros Angelo Miguel Vega, de 53 años, y su hijo Carlos, de 22 años.

Cuando ocurrió el atentado, los lugareños se asustaron por el estruendo, porque inicialmente pensaron que se trataba de pirotecnia. Sin embargo, luego observaron a unos sujetos armados con fusiles que se embarcaban en camionetas y confirmaron que, en realidad, se habría tratado de un doble asesinato.

Según los testigos, los criminales se ensañaron con el joven Carlos Vega, pues con él se tomaron la molestia de ‘reventarle’ el cráneo a balazos.

Esta situación incrementó el pánico que ya sentían los residentes, pues en los días previos a este hecho violento circuló un pasquín con nombres de personas que supuestamente serán eliminadas, por una disputa entre agrupaciones delictivas, pero también hubo una captura de pantalla, de una presunta conversación de WhatsApp, en la que se leía otros nombres y alias de personas que matarán.

Entre los apodos que constaban en el ‘chat’ estaba el de Hielero: con ese sobrenombre era conocido Carlos Vega.

El jefe policial de Quevedo, Darwin Guevara, detalló que se realizaban pericias para conocer las motivaciones de este hecho violento.

Sin cabeza y sin velorios

En el barrio 10 de Agosto, del sector Galo Plaza, existe consternación por la muerte de dos personas que fueron asesinadas e incineradas el domingo 3 de julio, en el el sector La Mariana, del recinto Faita, a 9 kilómetros de la urbe quevedeña.

Las víctimas serían el abogado Jorge Armando Morales y su primo Angelo Macías. Sus familiares los han reconocido, pero los cuerpos aún no han sido entregados debido al estado en el que quedaron los cuerpos. Además, porque los peritos debían realizar pruebas científicas para corroborar los nombres de los fallecidos.

A eso se suma que el cráneo del jurisconsulto, hasta el cierre de esta edición, no era localizado. El día del hallazgo, los investigadores encontraron en la escena un papel con un mensaje que refería que así terminarían quienes colaboren con Los Lobos, una agrupación criminal asentada en Quevedo.

El abogado, de lo que se ha conocido, era defensor de un presunto miembro de esa organización, apodado Sin Picha.

Sin consuelo

El padre de Angelo, Antonio Macías, dijo que siente que le han arrancado parte de su vida y que ya no encuentra consuelo desde que se enteró que a su hijo lo torturaron.

Como el cuerpo estaba quemado, el padre dijo que -para identificarlo- lo primero que hizo fue buscarle el tatuaje que tenía en un hombro, con la leyenda: Mi padre es mi ángel y mi madre es mi vida. En su casa, sus parientes tenían una foto en vida del momento en que se realizó el tatuaje, que además les sirvió como prueba para mostrar a los policías que se trataba de su hijo.

Sin embargo, para velarlo, tendrán que esperar 8 días hasta que se realicen las pericias necesarias para la comprobación científica de su identidad. El 17 de agosto, Angelo festejaría sus 22 años. (DV-SCM)