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Judicial
Sucumbíos: 11 balazos para marido y mujer
La pareja habría salido de Puerto Nuevo tras ser amenazada. Sin embargo, cuando regresaron para hacer una ronda por su casa, fueron baleados.
El miedo no se ha ido de los pobladores de Puerto Nuevo, una localidad fronteriza con Colombia, ubicada en la provincia de Sucumbíos. Su temor se debe a que el fin de semana dos de sus habitantes fueron asesinados a sangre fría, pero dicen que nadie vio nada.
Las víctimas fueron identificadas como Jeniffer Guamán, de 27 años, y su marido Esneyder Cardona, de 29, quienes eran padres de un menor de edad. Ambos fueron asesinados afuera de su domicilio la noche del sábado, cuando aparentemente se encontraban inspeccionando la casa.
Los amenazaron
De manera extraoficial se conoció que la pareja fue amenazada por unos sujetos que rondan por la zona. Estos les habrían dicho que se marcharan de la localidad hace un tiempo y que si no hacían caso los iban a asesinar.
Esa fue la razón por la que Cardona y Guamán no fueron vistos sino hasta el 27 de agosto. El motivo de su regreso habría sido porque querían verificar las condiciones en las que se encontraba su domicilio.
Y fue precisamente ese momento el que aprovecharon los tipos que los amenazaron.
Eran aproximadamente las 20:00 cuando una hermana de Cardona, quien vive en el centro de Puerto Nuevo, oyó unos disparos que provenían del domicilio del fallecido.
De inmediato corrió hasta el sitio y vio un cuadro desgarrador; el hombre estaba bocabajo en el patio del inmueble y la joven, en cambio, quedó bocarriba junto a su amado. De los asesinos, ni rastro.
Hermetismo
Otros parientes que residen en Nueva Loja conocieron del caso, por lo que fueron de inmediato hasta el lugar de los hechos.
Se sabe que en la zona hay el paso de grupos irregulares que mantienen en zozobra a los pobladores. Las investigaciones, si llegan a concretarse, podrían determinar si la pareja fue víctima de algún tipo de extorsión o de las conocidas ‘vacunas’ que están extendiéndose por el país.
Según la Policía, ni los parientes ni los pobladores no proporcionaron información sobre el doble crimen. Personas que conocieron a los acribillados solamente detallaron que la joven trabajaba en Lago Agrio, en un centro de cómputo, mientras que su esposo era comerciante. La Policía acotó que ninguno tenía antecedentes penales.