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Psicología

La joven secuestrada y abusada sexualmente por casi una década necesita "rescate mental y espiritual"

La mujer que fue víctima de encierro y abusos verbales, físicos y sexuales urge atención especializada. Psicólogos opinan que ella y su hijo sí pueden superar el infierno vivido.

víctima de abuso sexual
EXTRA publicó ayer el desgarrador testimonio de Camila (nombre protegido), quien permaneció 10 años encerrada en el cuarto de una casa, en La Troncal.Miguel Canales León / EXTRA

“Ahora viene el otro rescate: el psicológico y el espiritual”, dice el psicólogo clínico y orientador familiar Samuel Merlano, quien se refirió al caso que EXTRA publicó este lunes 6 de junio sobre una joven de 21 años, quien fue encerrada por casi una década por su ‘cuidadora’: su profesora y su hermano, este último la habría violado en varias ocasiones y por lo cual tiene un hijo de cuatro años.

El experto asevera que quien realiza este tipo de acciones podría tener una psicopatía, en la que no hay remordimiento, sensibilidad, ni compasión por los demás y disfrutan de ver sufrir a la víctima.

Su colega, Cinthia Almeida, sostiene que una persona puede tener un nivel académico superior (en este caso, maestra), pero las normas y principios pueden ser nulos, estos nos permiten controlarnos.

Si la víctima no es asistida psicológica y psiquiátricamente, podría desconfiar de los maestros de su hijo, cuando lo escolarice; va a sentir mucha fobia y miedo a cualquier persona adulta que se le acerque, aún con buena intención. Su cautiverio podría asemejarse a los que se dan en las guerras, con angustia, temor, depresión. La parte espiritual es importante, pues lo vivido puede hacer que se resienta con Dios, señala Merlano.

“Si ella no logra sanarse puede afectarle a su vida futura: conseguir un trabajo, tener una vinculación afectiva con alguien, criar hijos, va a tener bastantes dificultades a nivel de hogar, familia, y socialmente”, expresa el especialista.

terapia
Es esencial que las víctimas de agresiones sexuales sean tratadas por expertos en la salud mental.Miguel Canales / EXTRA

Sin embargo, Almeida resalta algo importante: la joven no dejó a su hijo en el lugar del cautiverio. “Tiene un significado para ella, por lo que es esencial fortalecer los vínculos entre ambos”, precisa la experta en salud mental, quien recomienda aprovechar lo pequeño que es su hijo para recibir el tratamiento, pues “los recuerdos en una etapa adulta van disminuyendo”.

Merlano dice que si el niño no recibe ayuda psicológica puede afectarle en su conducta, buscar ser parte de pandillas, consumir drogas o podría hacer daño a otras personas.

Ambos psicólogos consideran que hay que buscar que las víctimas no naturalicen estos eventos. 

Otros casos

2009

Cobraba por cada violación a su media hermana. Norberto Gómez, alias Mata Siete, habría encerrado a su media hermana por cinco años en una vivienda de la cooperativa Muñoz Rubio, en Babahoyo, sitio en el que sus panas de ‘chupa’ la violaban por uno y hasta dos dólares. Por medio de la valoración médica se comprobó la agresión sexual.

2013

Nueve años de cautiverio y abusos sexuales. En una hacienda de Naranjito se rescató a una mujer que supuestamente vivió por 9 años en cautiverio, junto a un sujeto con quien procreó siete hijos. Al parecer, él también habría violado a su hija de 8 años. En el operativo hallaron armas y un feto en un frasco que evidenciaba un posible aborto.

violaciones a menores
El Triunfo es un cantón en el que se han perpetrado numerosos casos de violencia sexual.Freddy Rodríguez / EXTRA

2020

El triunfo de la depravación. Dos delitos sexuales se dieron en El Triunfo. En el primero, la víctima tenía 9 años y su madre estaba más preocupada porque al ser detenida su pareja no tendría quién la mantenga. 

Otro caso: Janeth, de 14 años, era violada por su padrastro y su madre filmaba las escenas con el ‘celu’. La joven se escondió en un terreno baldío hasta que llegó la Policía.  

“El trauma no solo la afectó psicológicamente, también debió somatizar en su cuerpo”.Cinthia Almeida, psicóloga clínica