La trama que Leandro Antonio Norero Tigua habría montado para evadir la justicia del Perú, que lo requería por narcotráfico, ha llamado la atención de los expertos, porque surge la interrogante: ¿si él halló una oportunidad en los protocolos de muerte por covid, cuántos más habrán actuado de forma similar?

César Peña Morán, fiscal multicompetente de Guayas, señala que precisamente por los lineamientos que se deben seguir (ver infografía) no se realizan algunas pruebas que permitían confirmar la identidad de una persona fallecida, como la necropsia, la comparación de huellas dactilares o, incluso, comparaciones genéticas (ADN).

“Uno de los protocolos es embalarlo y directamente llevarlo a un cementerio (...). Por eso, si alguien conoce de alguien que haya fingido su muerte, por covid o cualquier otra causa, está obligado a denunciar, porque es lo que indica la normativa legal”, menciona.

Peña recomienda que, de detectar un caso, las personas se acerquen a una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) o a la Fiscalía, para que -bajo reserva- otorgue la información.

“No podemos dejar pasar por alto a supuestos muertos por covid. Podrían ser personas con antecedentes que fingen para evadir procesos penales, deudas o para escapar de organizaciones criminales que las buscan para matarlas”, sostiene el operador de justicia.

Con él coincide el analista de Seguridad Nelson Yépez, quien enfatiza que se debería denunciar a quienes hayan fingido sus muertes, para que sean procesados. Además, lamenta que en esta época no exista solo la preocupación por la creciente de violencia, sino también por este tipo de casos.

Para el experto, la corrupción que existe en la Justicia permita que criminales recuperen su libertad en poco tiempo, con medidas diferentes a la prisión preventiva. Y refiere que justo este tipo de personas cuenta con un alto poder adquisitivo.

“Es seguro que ellos pueden comprar lo que sea necesario para hacerse pasar por muertos. Y no nos sorprendamos con que se estén dando otras situaciones que, en este momento, sin siquiera las estemos imaginando”, concluye.

Presunto deceso, sin seguir los lineamientos.

En la foto que los representantes de Leandro Norero presentaron en Perú, con su certificado de defunción por covid, era evidente el incumplimiento de los protocolos del Ministerio de Salud del Ecuador: el supuesto cadáver había sido manipulado (tenía ropa y tampoco estaba sellado, al igual que el féretro.

Otro caso en el que tampoco se vio el acatamiento de las medidas, fue la presunta muerte por coronavirus del líder de Los Lagartos, Geovanny Mantilla, alias Gorras. En una imagen que circuló en redes sociales, se lo notó vestido y con el féretro abierto. Él habría sido sepultado en un camposanto de Guayas, tras el reporte de su muerte en Sucumbíos, el 29 de junio de 2020.