Son cuatro los cadáveres hallados flotando en el río Esmeraldas en el recinto 5 de Agosto de la parroquia Malimpia, del cantón Quinindé (Esmeraldas).

Al igual que los tres cuerpos recuperados el lunes 5 de septiembre de 2022, el que rescataron en la mañana de este martes 6 de septiembre, también tenía señales de tortura. Como los otros estaba con las manos y pies atados, con cinta de embalaje en la boca y además lo dejaron en ropa interior.

Según las pericias forenses, las víctimas, encontradas en los dos últimos días, presentaban heridas de bala en la zona posterior de la cabeza.

Con estos primeros resultados se presume que a las víctimas las sometieron, golpearon, posteriormente les habrían disparado a modo de ajusticiamiento y las arrojaron al agua.

Los cuatro individuos permanecían sin identificar. En el recinto 5 de Agosto, donde fueron hallados, nadie los conoce.

Tras el rescate de los cuerpos hubo conjeturas entre los habitantes, más al recordar que el lunes 5 de septiembre buscaban a más víctimas torturadas en el río.

La mañana de este martes 6 de septiembre hallaron el otro cuerpo del que se especulaba desde el día anterior. Así mismo, se comentaba que una quinta persona habría escapado, pero hasta las 13:00 de este martes, la Policía no pronunciaba una versión oficial sobre estos macabros hechos.

Entre las pistas que tienen los agentes policiales constan un vehículo abandonado a pocos minutos del centro poblado de Quinindé, cerca del afluente donde encontraron los cuerpos.

TEMEN USAR EL AGUA

Tras los hallazgos, entre los pobladores crece el temor de ir a coger agua, lavar la ropa o bañarse porque podrían hallar otro cadáver flotando.

“Ya nadie baja al río porque tiene miedo por tanto muerto. Nunca antes se había visto algo así en nuestro pueblo”, expresó Juana Valencia, quien habita cerca a la orilla del Esmeraldas.

Antes de los macabros hallazgos muchas mujeres se reunían a lavar su ropa en el río, pero la mañana de este martes 6 de septiembre, por ejemplo, no había nadie en la orilla. Muchas familias optaron por bajar al río a tomar agua en recipientes y almacenarla en sus casas, para diferentes propósitos.