No fueron los disparos los que alertaron a una guía penitenciaria de lo que ocurría en el patio de La Roca el martes 4 de abril de 2023 (ver infografía), sino el griterío que se asemejaba a una riña entre internos, en la considerada cárcel más segura del país, que albergaba apenas a 23 presos.

Al abrir la puerta, la vigilante se percató de que cuatro reos estaban heridos de bala, pese a que no había escuchado disparos. Y eso fue porque para cometer el hecho violento, los criminales utilizaron silenciadores en sus armas.

“Ella salió a pedir auxilio al momento que ingresaron los policías. Los privados de libertad Ramírez y Rodríguez bajaron por las gradas apuntando con las armas a los guías, los cogieron en calidad de rehenes”, reveló a EXTRA una fuente oficial.

Los comandos policiales exigieron a los internos que suelten las pistolas y que se tiraran al piso. “Una vez controlados los enfrentamientos, pudimos constatar que a algunas celdas no les sirven las seguridades magnéticas, solo están con candados”, añadió el informante.

"SISTEMA PODRIDO"

Kléber Carrión, exdirector del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI) en Santo Domingo, sostiene que la corrupción es el problema principal que llevó al enfrentamiento entre reos en La Roca.

¿Por qué? “Por la permeabilidad del sistema (carcelario)”. “Está tan corrompido que los filtros son quebrantables con facilidad: los del Ejército, de la Policía y del Cuerpo de Vigilancia Penitenciaria (...). Lamentablemente, el ecuatoriano es muy fácil de corromper”, argumenta.

Para Carrión, quien además es oficial pasivo de la Policía, se necesita inversión en tecnología, para controlar a cada reo de una forma más segura, pero cuestiona que no existe inversión.

Señala que esta situación, a futuro, pasará factura: “Nos van a meter la mano al bolsillo cuando el Estado tenga que reparar integralmente la vida de estas personas (asesinadas en las cárceles por la falta de control)”.

El experto explica que en Ecuador no existe un reglamento acorde a la realidad de las cárceles del país, porque no se busca disciplinar a los reos y es por eso que actúan a su conveniencia.

“¿Sabe por qué en la actualidad tienen miedo de ir a La Roca? Por las restricciones que hay y porque todo es más caro para el ingreso. Caso contrario, no hubieran tenido las armas”, enfatiza el exfuncionario.

El especialista insiste en que se debería crear un reglamento que no solo tenga “cosas bonitas en papel”, porque este ha sido hecho para personas que en realidad busquen rehabilitarse y no para líderes criminales.

Carrión detalla que el sistema es progresivo y que cada persona que ingresa a máxima seguridad, luego irá mediana, para terminar en mínima seguridad. Para eso, son necesarios informes y certificados de conducta, pero por temor o corrupción, los funcionarios acceden a favorecer a los delincuentes. “El sistema como tal, en su estructura, está podrido. No sirve el sistema de rehabilitación, ¿entonces cómo se va a cambiar algo?”, concluye.

VERSIÓN OFICIAL

EXTRA solicitó al SNAI información acerca de los procedimientos de control y si se abrió alguna investigación para determinar si entre sus funcionarios hubo participación, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

¿Cuál es el ‘pito’ entre los reclusos?

Los muertos en La Roca eran miembros de Los Lobos y Los Tiguerones, bandas que son aliadas.

Estas habrían sido atacadas por la agrupación R7, que surgió de estas como una célula en Santo Domingo. Sin embargo, ahora son enemigos, porque en la búsqueda de ‘saborear’ el poder empezaron a trabajar con los Chone Killers, que luego de estar distanciados por medio año están ‘asociados’ ahora a Los Choneros, según informantes.

Esta última organización mantiene el dominio de la Cárcel Regional de Guayaquil, a pocos metros de La Roca. Incluso su líder, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, está recluido en uno de sus pabellones.

Extraoficialmente se conoció que Los Lobos temerían ser exterminados en un reclusorio donde no tienen el control. Por ese motivo, habrían provocado incidentes la mañana siguiente en las cárceles de Turi, en Azuay, y de Latacunga, en Cotopaxi.

En el austro hubo guías retenidos. La exigencia de los internos era que los miembros de Los Lobos sean llevados solo a sitios donde ellos tienen mayor presencia, como la cárcel de Turi. El SNAI no confirmó si un pedido similar se registró en Cotopaxi.