La Justicia ecuatoriana condenó a 29 años y cuatro meses de prisión al conductor de un autobús de transporte escolar que en 2018 violó a una niña de 12 años cuando llevaba a la menor de regreso a su hogar.

En un comunicado, la Fiscalía indicó que probó la responsabilidad de Fausto Andrés C. R. como autor directo del delito de violación y recordó que eran aproximadamente las 19:56 horas del 9 de noviembre de 2018 cuando el acusado conducía el autobús de transporte escolar en reemplazo del chofer titular.

"Aquella noche, la ruta que siguió para dejar a la víctima en su casa fue diferente. El hombre se desvió aprovechando que la adolescente era la última en quedarse. El destino final fue en la parroquia de Calderón (Quito) pero el autobús no se detuvo en su domicilio, como era costumbre, sino en un sitio desconocido para la víctima", relató.

En el testimonio anticipado reproducido en la audiencia de juicio, la víctima narró que su agresor aprovechó que se encontraban solos, aseguró las puertas, la tomó por los cabellos y la violó en el asiento posterior del autobús.

A esta prueba presentada por la Fiscalía se sumaron los testimonios de la madre de la adolescente, de la perita médica legista, de una médica ginecóloga que atendió a la joven después de haber sido violentada y de la psicóloga de la Fiscalía.

Además, el resultado de una pericia biológica que determinó presencia de fluidos en el cuerpo de la agraviada, cuyo perfil genético coincidió con el del procesado.

Con ese acervo probatorio, el Tribunal no solo impuso el máximo de la pena establecida para el delito de violación, sino que también aplicó las circunstancias agravantes con las que se incrementó la condena en un tercio.

OTRO CASO EN INVESTIGACIÓN

La sentencia se conoce en momentos en que la Fiscalía ha formulado cargos contra el sospechoso de haber violado a otra menor también en un transporte escolar, y ha solicitado a la Justicia que dicte la prisión preventiva contra Darwin Kléber J. F., detenido a principios de mes en la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia.

Sobre el sospechoso pesaba una orden de captura por la presunta violación en Quito a una adolescente en la unidad de transporte escolar que debía llevarla a su colegio.

La Fiscalía apuntó que, tras conocer los hechos que se habrían suscitado el 21 de abril, abrió la investigación previa y, a la par, solicitó que se concedan medidas como la prohibición al procesado de concurrir a determinados lugares o reuniones, así como de acercarse a la víctima, testigos y a determinadas personas.

También la prohibición de realizar actos de persecución o de intimidación a la víctima o a miembros del núcleo familiar por sí mismo o a través de terceros, y extensión de una boleta de auxilio, entre otras.

El fiscal del caso también dispuso que se practiquen más de treinta diligencias, entre las que constan la recepción de más de diez versiones, a las que comparecieron los padres de la víctima, la exrectora del plantel educativo, el propietario del autobús, así como el testimonio anticipado rendido por la adolescente de 15 años, a quien también se le practicó una valoración psicológica.

La Fiscalía, además, pidió la práctica de las pericias médico-legal, toxicológica, de entorno social, biológica y de genética forense. "Estas dos últimas determinarían la existencia de perfil genético del agresor en el cuerpo de la agraviada", explicó.

Asimismo, dispuso el desarrollo de una pericia química a la sustancia encontrada en una botella dentro del autobús escolar, que presuntamente fue ingerida por la víctima.