Más de 30 mil personas disfrutaron el Urban Fest, en el estadio Olímpico Atahualpa, en el norte de la capital. 'Bailotearon', cantaron a viva voz y algunos lloraron despechados.

La tarde y noche de este sábado 3 de junio, los fanáticos de música urbana estuvieron en su 'papayal' tras escuchar a exponentes legendarios del reguetón latinoamericano.

El aguacero que cayó en la tarde no impidió que los seguidores de este estilo musical disfrutaran de sus artistas favoritos. Es más, se calentaron bailando y coreando las canciones preferidas.

El concierto lo abrió Trébol Clan, quienes prendieron la fiesta con canciones como 'Agárrala' y 'Bailame'. Además, Periquito, el vocalista de la agrupación agarró una bandera del Ecuador y agradeció a los presentes por cantar con entusiasmo sus temas .

Además, al artista internacional le lanzaron una gorra para que la autografiara.

Maldy, del dúo Plan B, puso a 'perrear' a los presentes con el éxito Gatúbela, junto a la colombiana Karol G.

Durante el cambio de la escenografía para la presentación de otros exponentes, decenas de fanáticos se treparon las rejas  de los graderíos y se colaron a las secciones destinadas en la cancha del estadio.

Muchos terminaron en el piso aplastados hasta que policías y bomberos controlaron la situación.

Por su parte, los reguetoneros Yaga y Mackie hicieron recordar a los fanáticos más veteranos con temas 'old school' como 'Chiquitita' y 'Aparentemente'.

Un grupo de fanáticas fueron con diademas que tenían el nombre de Rakim y Ken Y. Cuando los artistas salieron al escenario, ellas casi se desmayan de la emoción. Durante su presentación, Ken Y subió a una fan al escenario para que le ayudara a cantar sus coros.

La agrupación Piso 21 llegó con su banda musical y fueron responsables de darle el toque romántico al evento. "Nosotros vinimos a cantarle a los enamorados", dijo el vocalista.

Otros artistas que se presentaron fueron Cosculluela, Tito, J Alvaro y el colombiano Kevin Roldán. Esta fue la décima primera edición del Urban Fest.

Muchos fanáticos se quejaban cuando quienes estaban cerca del escenario se subían a las sillas y les tapaban la visión. Algunos lanzaban botellas para que se sentaran.