“¡Buenas noches, mi Ecuador entero!”, era el ‘grito de batalla’ con el que Eduardo Andrade acompañó a los televidentes durante 10 años en los diferentes programas en los que laboró como presentador y animador. Pero esa frase por ahora está ‘congelada’, al menos para nuestro país. Se marchó con ella a otro lado.

Andrade dice que tomar retos es parte de cualquier profesión y por eso viajó a Guatemala, donde el próximo lunes le darán la bienvenida como animador del reality Combate.

EXTRA sorprendió al guayaquileño cuando empacaba las maletas para su viaje a Centroamérica, en su departamento ubicado en la vía a Samborondón.

¿Por qué aceptó la propuesta en Guatemala?

Para mí es difícil, pero tienes que sentir que llegó tu momento, arriesgarte y aceptar. Tuve una oferta de un canal ecuatoriano, pero creo que la vida te pone pruebas y debes decidir. En 2016 me ofrecieron irme a Perú, pero no lo acepté y siempre me quedé con el “¿qué hubiera pasado?”, por eso ahora me voy.

¿Se arrepiente de aquello?

No. Logré muchas cosas, hice Combate dos años más (transmitido por RTS), me di mi año sabático y volví con proyectos propios, pero ya no quiero mirar atrás y decir: ¿por qué no lo hice?

¿Quizá su decisión sea por la situación actual en los medios de comunicación, debido a la pandemia?

La televisión está paralizada desde antes de la pandemia, ya no se arriesgan presupuestos altos para hacer programas como Combate y Calle 7, porque eran estelares y como tal costaban mucho. Pero, aunque no crean, en este año vienen programas, incluso ya estuve escuchando proyectos.

Tiene 35 años, pero su carrera no es de 10...

Para ser honesto, empecé a los 18 cuando era asistente del asistente de muchas personas, en el dramatizado De la vida real. También hacía comerciales y trabajé de extra en las novelas de El cholito, Rosita, la taxista, entre otras. Después estuve con el actor Xavier Pimentel en Piensa... Piensa. En 2009 fui presentador con Saskia Bermeo en el canal de la Universidad Católica, hasta que ingresé como chico reality a Combate en 2010.

¿Fue difícil llegar a la TV?

Toda mi vida quise ser presentador. Cuando ingresé a Combate esa era mi meta. Nadie me conocía. Yo era el chico que estaba parado en tarimas, en eventos y animaba en las puertas de tiendas. La gente piensa que de Combate pasé a BLN, pero no fue así, fueron cinco años de transición de pequeños proyectos.

Y ahora hasta propuesta en otro país, ¿a qué cree que se deba?

No me gusta hablar de mí, siento que no tengo el ego suficiente para amarme tanto. No soy egocéntrico, pero tuve la oportunidad de estar en Guatemala en 2017, cuando estaba en RTS y en ese entonces el gerente (del canal 3) me dijo que le gustaría tenerme allá, pero de tantas promesas que uno recibe, no lo creí. Sin embargo, a inicios de este año me llamaron.

La preparación va de mano...

Soy diseñador audiovisual, graduado en Argentina; me especialicé en Artes Escénicas y tengo un diplomado de liderazgo en Washington D.C. Estoy terminando mi masterado en Comunicación y Proyectos Digitales. Nada es casualidad, al final la educación te da algo más que la experiencia.

¿Estar soltero le ha resultado beneficioso para su futuro?

Bueno, siempre fui muy riguroso en mi carrera y dije que me dedicaría a trabajar y estoy trabajando como productor para algunas empresas. Para mí es más fácil como estoy ahora, aunque tampoco es imposible, tal es el caso del reportero César Romero que viajó con su esposa (a Canadá para trabajar como corresponsal de Univisión). Lo importante es que la persona te apoye.

¿Eduardo deja a alguien especial en Ecuador?

Siempre dejamos a muchas personas. Los aviones nos dieron la facilidad de estar tan cerca y la tecnología igual. Tienes las herramientas y mientras se pueda, vas a ser feliz, el resto lo guardo para mí...