Exclusivo
Farándula

Hilda contempló el cuerpo de su madre. Allí se mantuvo sollozando por unos minutos.Christian Vinueza

Fresia Saavedra: Su hija, Hilda Murillo, no quería que sufra más

La hija de la Señora del Pasillo cuenta que le honraría que una vía de Guayaquil llevara el nombre de su madre. Hilda Murillo dice que no se despidió

El recuerdo más fuerte de su madre, la Señora del Pasillo, Fresia Raquel Saavedra Gómez, es del último Día de la Madre. En ese domingo, en el que el romanticismo de tenerla aún a sus 90 años la cautivó, recibió una declaración de la misma Fresia: “Yo viviré 100 años, me lo ha dicho el Señor”.

(Te invitamos a leer: Artistas ecuatorianos reclaman falta de apoyo y se unen para producir sus propios conciertos)

Hilda, por su parte, entiende que ese no era el deseo de Dios y ella lo acepta de manera humilde; dice que son los designios del Ser Supremo y no puede intervenir. “Yo le había pedido que si era Su voluntad se la llevara, no quería verla sufrir más estando mal de salud”, dice en medio del profundo dolor ante el fallecimiento de la cantante y compositora ecuatoriana.

Ella falleció en la madrugada del jueves 18 de julio.  Y en la noche del mismo jueves, en una de las salas de velación de un cementerio privado del norte de Guayaquil, más de 70 personas acudieron para despedir a la gran artista y representante cultural. 

Allí, más de 10 ramos adornaban y daban honor a la reina. A su féretro se acercaban los asistentes a despedirse, pero lo que llamaba la atención era su traje de brillos, haciéndola lucir como la estrella que fue... hasta en su velatorio.

Según Murillo, su madre deja legado a las nuevas generaciones también de cómo amar “lo nuestro” y revela que, aunque su ‘campo de acción’ era la música nacional, escuchaba tango (género de origen argentino) en su hogar.

“A mí no me gustaba, pero logré entender que eso le hacía recordar a mi abuela (madre de Fresia) que falleció cuando ella era muy joven. Mi abuelo era violinista; mi abuela, ama de casa, que mientras hacía las labores en el hogar escuchaba tango”, relata con un brillo especial en sus ojos, añorando un minuto con su madre.

Más de 60 personas asistieron en la noche del jueves a su velatorio.Christian Vinueza

Y su siguiente afirmación lo confirma: “No me pude despedir de ella. Quisiera decirle cuánto la respeto, la amo y la admiro. Quisiera que aunque sea me dé la bendición”.

Hilda asegura que su madre era como su mejor amiga y que más que su progenitora parecía su hermana, porque iban juntas a todo. “Hasta dormíamos juntas. Ella me decía qué evento le parecía y en cuál ella tenía la ‘corazonada’ y que mejor no vaya”, cuenta.

Además del importante legado cultural que deja Fresia Saavedra, también quedan sus 10 gatitos, que hasta el momento, refiere Hilda, están a cargo de uno de sus sobrinos.

¿Qué dijo sobre la propuesta del Concejo Cantonal de Guayaquil?

Sobre la propuesta en el Concejo Cantonal de nombrar una calle en honor a la artista, Hilda asegura sentirse honrada. “Bienvenida sea esa propuesta”. Asegura a EXTRA que hasta ese momento no lo sabía, pero que es lo que se merece, por ser una grande en la escena musical del país. “Me gustaría que sea junto al Museo de la Música Ecuatoriana Julio Jaramillo, donde ella laboró 16 años”.

Hilda espera que su madre viva en el corazón de todos, porque en el de ella estará presenta “hasta el infinito”. Sus restos, según información compartida por Murillo, serían cremados hoy; sin embargo, el lugar en el que estarían sus cenizas estaría por confirmarse. 

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!