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Farándula

Mafer Vargas, Raisa Prado y Andreína DíazCortesía

Famosas en Ecuador que fueron víctimas de violencia, cuentan su impactante historia

Desde una paliza hasta violaciones, es a lo que se han enfrentado tres reconocidas del espectáculo, quienes no quieren que se repita la historia

La violencia contra la mujer no distingue fama ni fronteras. Celebridades de todo el mundo han denunciado agresiones por parte de sus parejas, e incluso abusos sexuales. Ecuador no es la excepción. EXTRA presenta los testimonios de tres mujeres que lograron romper el círculo de violencia: Mafer Vargas, actual alcaldesa de Simón Bolívar y exchica reality; Raisa Prado, exreportera y presentadora de noticias; y Andreína Díaz, modelo y coach fitness venezolana.

(Lea también: Andreína Díaz, la modelo que fue brutalmente golpeada, reveló más detalles del caso)

Sus historias reflejan la dura realidad de muchas mujeres en el país, donde la violencia de género sigue cobrando vidas. Solo en enero de este año, cinco mujeres fueron víctimas de femicidio, según el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos.

Raisa Prado / Presentadora de noticias

En el año 2022 fui víctima de abuso sexual por parte de una persona que no conocía. Esto ocurrió en el cumpleaños de alguien cercano a mí. Todo quedó registrado en la cámara de seguridad del lugar.

Siempre hay que tener cuidado, no debemos confiarnos. Yo conocía a la persona del cumpleaños, pero no sabemos a quiénes están invitando ni quiénes más asistirán. Podemos ser víctimas de alguien con un corazón dañado, personas que, seguramente, han estado haciendo esto por mucho tiempo.

Raisa Prado tiene un año como presentadora de farándula quiteñaCortesía

Callé porque tenía mucho miedo. Me daba vergüenza, sentía que esto iba a manchar mi carrera periodística. Me aterraba hablar de esta situación tan dolorosa, incluso me costó mucho poder contárselo a mis personas cercanas.

La depresión sonríe en momentos así, se viste bien y actúa como si nada pasara frente al resto. Yo me veía bien ante los demás, pero cuando llegaba a casa, tenía muchas ganas de llorar. Lloraba muchísimo y no sabía cómo disimular las lágrimas ni los ojos hinchados. Me sentía en un hueco profundo del que pensaba que jamás podría salir.

Un día estaba pensando en mi mamá, que sufre de Parkinson, y me di cuenta de que si algo me pasaba a mí, ella no tendría a nadie que la cuide y la proteja. Ese pensamiento fue mi impulso para salir adelante de esa depresión.

Hoy puedo hablarlo. Lo conversé con mi psicóloga y le dije que ya era el momento de exteriorizar esto que me ha dolido tanto, pero que ya no me hace caer en la depresión de antes.

Les pido a todas las chicas que se cuiden mucho y que recuerden que siempre se puede salir de ese hueco profundo llamado depresión.

Andreína Díaz / Modelo y coach fitness

Andreína Díaz espera que su caso no quede en la impunidad, pues teme por su vida.Instagram: @jandreinadiaz

Disfrutábamos de una pelea de la UFC entre tragos, parrillada y amigos en el departamento de mi entonces pareja. Ellos se retiraron, y yo vi algo en su celular que no me agradó. Hice un reclamo de manera tranquila, pero él procedió a agredirme.

No fue solo una cachetada o un empujón, sino una agresión continua y muy violenta. Logré zafarme después de varios golpes y fui socorrida por una vecina. Llamaron a la policía y lo detuvieron.

Esa noche me marcó la vida. En ese momento, todo lo que idealizaba se rompió. No pude defenderme por su fuerza, tenía sangre en las manos por los golpes que me daba. Tenía la boca rota, laceraciones en la cabeza, la mandíbula desencajada e incluso un intento de estrangulación.

Fue el momento más duro para mí. Sentí que estaba al límite de la muerte. En esos segundos, pensé en mi familia, en mi abuela, a quien amo con todo mi corazón. En ese instante, oré y logré zafarme. La imagen de esa persona estaba en mi cabeza, sentía que iba a morir y me dije que no podía permitírmelo. Luché por mi vida, aunque aún no puedo asimilarlo del todo.

He estado trabajando en un proceso de sanación con ayuda espiritual, psicológica y física, además de un crecimiento personal. Me alejé de las redes sociales porque, obviamente, necesitaba sanar mis heridas y hacer una pausa para procesarlo todo. Inicié mi proceso legal, y ya han pasado más de seis meses.

He perdonado, aunque he sido cuestionada por ello. Pero lo hice por mí, porque soy una buena persona y creyente en Dios. Sin embargo, mantengo distancia por obvias razones, ya que verlo sería revivir una relación que idealicé, una historia que ya no es, y recordar lo que no quiero más en mi vida.

Mafer Vargas / Alcaldesa de Simón Bolívar

He sido víctima de la violencia en muchos sentidos. Hace 11 años, cuatro mujeres me atacaron. Fue algo muy doloroso que cambió mi vida; sin embargo, pude ser una persona resiliente.

La alcaldesa electa se mudará de Guayaquil a Simón Bolívar en los próximos días.Freddy Rodriguez

Fue devastador ver las grandes marcas en mi rostro, que no solo quedaron como cicatrices de aquellos 380 puntos en todo mi cuerpo, sino que también comprometieron mi vida. Esto me hizo reflexionar y darme cuenta de que no era la primera vez que sufría violencia y, lamentablemente, tampoco sería la última.

Desde niña sufrí bullying. A los 19 años permití que me alzaran la mano. Viví violencia con mi pareja, pero ahora ya identifico esos signos de maltrato. Siempre he tenido un espíritu revolucionario, y en ese entonces, cuando él me pegaba, yo le respondía, y al rato ya nos reconciliábamos. Pero sentía que no íbamos a salir de ese círculo vicioso, lleno de agresión física y que, de seguir así, nunca alcanzaría mis metas ni podría salir de esa relación tóxica.

También enfrenté violencia en redes sociales, verbal, cibernética... He experimentado todos los tipos de violencia que existen, los he vivido en carne propia. A veces creo que he reprimido todo esto, y no sé si en algún momento explotaré, pero las circunstancias de la vida me han obligado a ser fuerte, a no doblegarme.

Es muy difícil porque, en ocasiones, llego a casa con muchos sentimientos encontrados, cabizbaja, porque es duro sobrellevar todo esto. Actualmente, mi vida ha dado un giro de 180 grados, pero las cosas del pasado me siguen. La gente aún me recuerda mi historia (vendía para contenía para adultos), y muchos intentan hacerme daño con ese tipo de comentarios. Eso me desequilibra, porque es difícil arrastrar tanto dolor.

Intento contar mi historia, pero mi corazón tiene cicatrices que trato de sanar día a día. Temo que, en algún momento, todo explote y termine derrumbando a la Mafer que todos creen que es de hierro.

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