Cinco años de carrera como solista y una larga lista de vivencias y aprendizaje en la industria musical, en las que en muchas ocasiones se llegó a sentir “tonta”, como llamó a su más reciente sencillo. Es un tema en género pop regional mexicano que habla del desamor y del despecho.

La cantante Dayanara revela las ocasiones en las que se sintió así en sus comienzos como cantante, durante sus presentaciones e incluso en sus relaciones pasadas, antes de casarse con el actor Jonathan Estrada.

Ahora estoy feliz en el amor, pero he pasado esa situación en la que perdoné cosas que no tenía que perdonar y te pones a pensar en que no debió ser así. A veces le digo a mis seguidores que no se debió llamar ‘Tonta’ sino mensa o menso, porque los hombres también me han escrito que han perdonado, incluso los famosos ‘cachos’, y hasta 4 veces.

A veces uno cuando se enamora no es inteligente. Sabes que te estás fallando, no escuchas consejos, puedes tener amigos y familia que te lo digan, pero no importa. Sabes que no debes volver con esa persona, pero dentro de ti pides que te llame o te mande un mensajito para verlo nuevamente.

Me enamoré a los 12 años, mi primer enamorado fue a los 13 y me rompió el corazón. Me volví a enamorar y después de eso conocí a Jonathan. Mi historia de amor no es larga. Fui de pocos amores.

Me baso en historias de mis amigas, es que les pasa cada cosa... Yo les pido que me conversen y me dicen que soy chismosa porque escribo de eso... Vendo a mis amigas en las canciones. Pero también los ‘DadaBabys’ me cuentan sus historias y escribo (...) Más que despechada soy cursi.

Sí, fue por la inocencia y desconocimiento en el que uno peca por querer llegar a triunfar. Cuando pasa el tiempo te empiezas a frustrar porque no te llega lo que esperas y viene la desesperación, comienzas a aceptar las cosas con la que luego te ven la cara, se aprovechan, juegan y abusan de las ganas que tienes de querer llegar lejos. Cometí el error de creer en cierta gente. Mi principal actitud de ‘tonta’ fue por confiar de entrada, sin conocer y luego darme contra la pared y ver que hubo quienes faltaron.

Sí, una vez me olvidé la letra de mi canción (Pobre y triste), veía a una señora que estaba cantando muy inspirada y yo con los ojos le decía: ¡sópleme, señora, que me olvidé la letra! Me pasa un montón, siento que quedé mal después de la COVID. Ahora se me olvidan las letras de mis canciones.

Ya ahora no es novedad, por más joven que sea el artista, te pide un teleprónter y va viendo la letra como un apoyo, pero yo no soy muy fan de eso, necesito mirar al público y conectarme con ellos, y si estoy leyendo no lo logro. Lo podría hacer quizá cuando sea una Dayanara de 60 años.

También fui ‘tonta’ cuando me caí en el escenario. Había más de 20.000 personas porque era una quermes en un colegio de Guayaquil. No vi y me tropiezo con el pie de una bailarina. Sharon ‘La Hechicera’ me quedó corta en la caída, porque le gané. Me caí horrible, por un largo tiempo quedé con mucho dolor en el coxis (hueso formado por la unión de las vértebras inferiores de la columna vertebral).

Siento que he aprendido a llorar de agradecimiento. Tengo 5 años como solista y me encanta regresar a ver atrás y observar todo lo que me ha costado, las lagrimas, esfuerzos, madrugadas y para mí es satisfactorio lo que he logrado. Me dejo sensibilizar un poco más y mi naturaleza es así, y cómo no serlo con esto que vivo, que es mi sueño. Desde los 10 estudié música, fui una niña que luché contra mi timidez, que dudé en lograrlo porque tenía pánico hablar en público, y ahora siento que al fin puedo ser Dayanara y mostrarme.

(Se le quiebra la voz) Esa niña tenía terror, la veo pequeñita, luchando con pocos recursos y un gran sueño. La abrazaría, le daría una palmadita y le pediría que continúe. Tengo los ojos más abiertos y veo lo grande que se viene. 

La canción fue escrita por Luis Vega y producida por el compositor y productor colombiano, Felipe Nabález. Me gustó mucho el mensaje del tema y le dije a Jonathan que quería hacer regional; me miró y dijo que estaba loca, porque aquí en el país nadie había hecho regional y que mi estilo era pop. Le expliqué que lo podía fusionar y hacer pop regional. Grabé y cuando le mostré el resultado a mi equipo les gustó.

Total. Lo lancé con un poco de temor porque tuve un año muy versátil. Comencé con mi tema ‘¿Quién?’ con Américo (cantante chileno), luego ‘El ganado’ con Kunno (influencer mexicano) que era un extremo a lo que venía haciendo. Ahora con este tema no sabía cómo iba a reaccionar el público, me preguntaba mucho si lo iban a recibir bien pero gracias a Dios a la gente le gustó y se volvió viral en TikTok.

Hoy por hoy estoy queriendo abrirme puertas en otros países. En Bolivia está pasando algo muy bonito con mi carrera y en Chile también, porque es uno de los países que más me escucha, gracias a Américo (chileno). México es una plaza gigante, y algo que se sabe y que muchos cantantes lo han dicho en reiteradas ocasiones, es que es si un artista ‘pega’ en México, ‘pega’ en todo el mundo.

Sueño llegar allá. Quizá hacer temas en el género de ellos, pueda ayudarme a tocar puertas. Puede que se vengan dos o tres canciones regionales, pero más que eso, me ha gustado mostrar esa diversidad en mí. Lo más chévere es que la gente me está acompañando en lo que haga. Le debo mucho a Ecuador que me ha estado apoyando en mis cinco años de carrera como solista.

Ambas hemos revelado que estamos planeando una colaboración, pero el problema es que hemos pasado viajando y no se ha dado la oportunidad de sentarnos a crear. La idea es que el tema sea de autoría de ambas. Sé que es algo que le hace mucha ilusión a los Marcianes (fanáticos de Mar) y a los DadaBabys (fanáticos de Dayanara).

La quiero mucho. La conozco desde que era chiquita porque mis hermanos concursaron en el reality Ecuador tiene talento (2016) y fue cuando la conocí. Cada vez que la veo me emociona mucho.

(Lea también: Dayanara confirmó la nueva fecha de su concierto)

Cuando alguien ha estado en algunos concurso de canto, es sinónimo de que viene tocando la puerta por mucho tiempo. El público nos vio crecer.

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