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Farándula
La 'Gringa': ¡Herida... pero responsable!
Tiene tres costillas rotas y muchos moretones. Le salía sangre de la boca y lo que más le preocupaba era no poder ir a ‘camellar’.
Que no podría ir a trabajar ese día... Fue lo primero que se le cruzó por la mente a la expresentadora Christina, la ‘Gringa’, Harzer tras sufrir un accidente de tránsito el pasado 8 de agosto en la carretera nueve de Howell, en Nueva Jersey, Estados Unidos.
En ese momento, la Gringa no sentía ningún dolor, pero sí le salía sangre de la boca. Aun así, su única preocupación era avisar a su trabajo que no alcanzaría a llegar. “Soy una persona muy cumplida y mi instinto fue decirle a mi jefe lo que sucedía. Había una testigo de lo ocurrido y le pedí que buscara mi teléfono para poder llamarlo”.
La adrenalina le impedía sentir dolor. Y el coraje jugó un papel importante, ya que “el hombre (chofer de la camioneta) era un patán. Se comportó como idiota con la policía. Yo trataba de mantener mi compostura, pero tenía ganas de gritarle e insultarlo”.
LAS FRACTURAS
“Me tomó un minuto darme cuenta de lo que sucedía (...) el ‘airbag’ (bolsa de aire) explotó, mis lentes estaban rotos y no podía moverme porque el cinturón de seguridad me tenía apretada. Era un sentimiento como “out of body experience” (experiencia fuera de mi cuerpo)”, explicó la rubia.
Se había mordido la lengua, por eso escupía sangre. Tenía tres costillas del lado izquierdo fracturadas y muchos moretones, pero rescata que no se quedó paralizada. Tampoco debió ser intervenida quirúrgicamente.
Por lo pronto deberá volver al hospital en dos días para una evaluación de su espalda y el control de su presión arterial, ya que al momento la tiene elevada: 190/60.
NO SABE SI DEMANDAR
La modelo explicó que aún no ha decido demandar al conductor de la camioneta. Sabe que puede ser un proceso que tarde varios años, y por lo pronto el seguro cubrirá algunos gastos.
Lo que más le duele de todo el accidente es que su coche estaba en excelentes condiciones. “Lo compré nuevo, en 2012. Fue mi primera gran compra cuando tenía 21 años y me gradué de la universidad; tenía un valor sentimental”.