Por 27 años ha sido la cara visible de Las Chicas Dulces y aunque no se considera vieja y dice que todavía está para “dar buen caldo”, Lila Flores decidió que era tiempo de dejar la agrupación para dar paso a una nueva generación.

“Si quisiera podría seguir con mis chicas, porque todavía puedo dar buen caldo, pero pienso que este trabajo es para una nueva generación”, manifestó Lila (47), quien bromeó al decir que cualquiera de las integrantes “puede ser mi hija”.

En aproximadamente tres décadas han pasado unas 70 mujeres por esta agrupación, entre músicos, bailarinas y cantantes. “Empezamos como una orquesta femenina, tocando en vivo. Qué lindo ese inicio y qué excelente esta continuación”.

A pesar de todavía derrochar energía en el escenario, la cantante contó que después de cada show terminaba con ‘la lengua afuera’. “Ellas tienen toda la energía para bailar y brincar, se la fajan muy bien en el escenario”, agregó.

Lila se preparó para este momento, por eso no se ha desligado totalmente de la música tropical. “Ya no estoy en la tarima, pero sigo dirigiendo todo. No estoy triste, me siento aliviada”.

Nuevas y experimentadas

Danyela, hermana de Lila, es quien tomó la batuta de Las Chicas Dulces. Tiene 13 años en el grupo con intervalos en los que ha salido y regresado.

La acompañan Luly Navarrete, conocida como ‘la reina de la campana’; Sofía ‘Ciclón’ Sánchez, Magalia Macías y Blanka Sttroner, quien ingresó hace seis meses.

Sofía y Magalia tienen ocho y siete años, respectivamente, con Las Chicas Dulces. Ambas entraron “de la nada”, ya que sus actividades no tenían que ver con la música.

“Yo era modelo y bailaba, pero no profesionalmente. Entré como temporal y nunca más me fui”, dijo Sofía.

“Recuerdo que cuando Lila me vio no le gustó nada, me hizo quitar las pestañas postizas y los tacos para verme más natural, pero agarré rápido las coreografías y me quedé”, recordó Magalia.

Hubo temor

La decisión de Lila generó incertidumbre entre las integrantes, ya que no sabían cómo reaccionaría el público al no ver a la experimentada cantante.

“Teníamos temor de que en pleno show nos gritaran: ‘¿Dónde está Lila?’, pero no ha sucedido. Nos preocupaba mucho cuando cantábamos las emblemáticas: ‘Amor gitano’ y ‘Pecado mortal’”, comentó Danyela.

Para Blanka, ha sido un proceso de acoplamiento. “Continuamos con el legado, haciendo música de la manera más bonita. Yo fui la última en ingresar, pero me siento muy querida, valorada y feliz en el grupo”.

Con nostalgia, pero con visión de administradora, Lila seguirá con la agrupación que tiene su sello. “Nunca imaginé que Dios me iba a bendecir con estas chicas”.