Antonio Valencia es, para muchos, el mejor jugador de la historia del fútbol ecuatoriano, o acaso el segundo, solo detrás de Alberto Spencer. Al verlo en una nueva faceta, la de entrenador, es inevitable recordar sus años gloriosos con el Manchester United, sus partidos memorables con la Tricolor, e incluso sus inicios brillando con El Nacional.

De los dos clubes que quiere eligió el rojo para su equipo, el AV25, del cual es flamante entrenador desde 2024. En el banquillo técnico, el Toño mantiene la expresión seria de siempre. Su primer partido como entrenador principal del AV25 en Segunda Categoría de Pichincha fue el sábado 27 de abril y lo puso tenso, por lo cerrado.

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Aunque su equipo consiguió marcar pronto, a través de Michael Martínez, el duelo ante Independiente JFA, filial del cuadro rayado, fue un auténtico duelo de poderes, con la velocidad de dos plantillas jóvenes.

Valencia lucía nervioso, pero firme con sus instrucciones hacia los jugadores, las cuales compartía con Pablo Amaya, quien es uno de sus asistentes. No pudo evitar algún reclamo al árbitro, pero sobre todo animaba a sus ‘pelados’, en quienes ha puesto toda la confianza, pues prácticamente no movió la base del equipo de la temporada pasada, el cual ya fue campeón de Pichincha.

Su equipo respondió en el arranque del torneo y el capítulo de su debut como entrenador se escribió con un triunfo. “Se sufrió, sabemos que así serán todos los partidos. Todo el mundo le va a querer ganar al campeón, así que va a ser un torneo interesante”, analizó Valencia charlando con EXTRA al final del compromiso.

Su ‘bautizo’ en segunda lo vivió el 2023, pero en el rol de dirigente. Allí se chocó con una realidad de esta división en donde se mueven muchos intereses. “Aprendí que hay que hacer siempre las cosas correctamente, y espero que este mensaje les llegue a los directivos, a los árbitros, que en segunda hay equipos que invertimos tiempo y dinero. Espero que este sea un torneo transparente y que la gente lo pueda disfrutar”, enfatizó.

Sobre esto, el exfutbolista llegó a denunciar públicamente que sus jugadores recibieron llamadas para venderse antes de un partido definitivo de la fase nacional en octubre de 2023. Esas declaraciones incluso hicieron pensar que su proyecto no continuaría por la decepción que se llevó del fútbol ecuatoriano, abandonando incluso el país en esos días.

Pero en febrero, Antonio reactivó los entrenamientos y decidió además que su papel como dirigente no iba a continuar. Ahí nació la alianza con el empresario Ernesto Kruger, quien maneja la parte financiera desde esta temporada.

Valencia recalca que para este acuerdo “se entregó la deuda en cero”, con lo cual el proyecto camina firme. De hecho, tienen ya su propio predio donde se están construyendo dos canchas de entrenamiento más.

El exseleccionado no puede evitar soltar una sonrisa al hablar de los jóvenes que conforman su plantilla, y, con orgullo, recuerda su objetivo de “ayudar a la juventud del país”. Para eso, cuenta con una casa club, en donde al principio, hace dos años, vivían seis chicos, mientras que en la actualidad ya son más de treinta.

El proyecto es ambicioso y el apoyo de varios auspiciantes es, en gran medida, gracias a la figura de Valencia y la huella que dejó en el fútbol nacional. Sigue siendo muy querido y, de hecho, en su primer partido, muchas personas llegaron al estadio Francisco Reinoso de Cumbayá solo para verlo. Consciente del cariño, se tomó varios minutos para sacarse fotos y agradecer a los aficionados.

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