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Cada usuario vive el partido en la Metrovía de forma diferente.Gustavo molina

Mundial: Un partido diferente en la Metrovía

Los guardias de seguridad, atentos al partido, no descuidan su trabajo: no quieren que la delincuencia los 'regatee'. 

Los transeúntes comparten el mismo bus de la metrovía, pero no van al mismo destino. Algunos van vestidos de amarillo, orgullosos de llevar sobre el pecho el escudo de Ecuador. Entonces la vida se convierte en una analogía de las estaciones: hay personas que llegan, otras que se bajan y los rostros cambian a cada momento.

Pero la cotidianidad se hace presente y los pasajeros, aunque comparten el mismo sentimiento de apoyo a la Tri, ni siquiera se miran unos a otros.

Solo unos minutos después del inicio del partido, un hombre que va viendo su celular, ensimismado con sus audífonos, resopla cuando Cody Gakpo abrió el marcador para Holanda. Los demás hacen el mismo gesto, como si fuera una orden: miran hacia arriba, aprietan los labios a modo de decepción y bajan sus celulares.

Entre tanto, en la parada de Gallegos Lara está el vigilante César Arias, quien se mantiene atento a su trabajo, que es custodiar la estación y evitar cualquier regate de la delincuencia.

“Me da miedo estar aquí, por toda la situación que vivimos”, dice. En ese momento, Ecuador mete un gol antes de finalizar la primera parte y alrededor se forman caravanas de vehículos de apoyo. Arias se emociona en vano: la acción fue anulada.

En la metrovía el partido se vive de forma apática e individual: cada quien en su mundo, encapsulados en una pantalla de teléfono, mientras van a sus trabajos o lugares de estudio.

Cada usuario vive el partido en la Metrovía de forma diferente.gustavo molina

Solo salen de su ‘trance’ cuando Enner marca el gol y cruzan algunos comentarios, asegurando que ese empate era merecido.

Pero tras el pitazo final todo vuelve a la normalidad. El bus sigue en silencio, las miradas entre pasajeros pocas veces se cruzan y solo se escucha, de vez en cuando, al conductor del bus anunciando la próxima parada.

Arias, por su parte, agradece ese empate y continúa su labor, pese a que no pudo ver el partido con tranquilidad como hubiera querido.