Exclusivo
Deportes
¡Moisés Caicedo y los arcos de piedra!
El jugador que actúa en Inglaterra ahora es padrino para chicos de Santo Domingo de los Tsáchilas que quieren ser como él.
Cuando el Niño Moi tenía cinco años el profesor Iván Guerra conoció a la estrella del fútbol en una cancha del barrio Mujeres Trabajadoras, de Santo Domingo de los Tsáchilas. El arco que usaban era de dos piedras. Fue un ‘pelotero’ de barrio.
Hoy, Iván tiene 54 años. Fue futbolista hasta los 32, estuvo en Olmedo, D. Quevedo, Espoli, Macará y más elencos.
Guerra fue el primer entrenador que tuvo Moisés Caicedo, jugador del Brighton de Inglaterra, y que lo pretende el poderoso Chelsea, que podría pagar hasta 90 millones de dólares por él.
Ahora para ver a su amigo, a Iván le basta con un celular, pues las fotos del Niño Moi están al por mayor.
SU EQUIPO
Cuando Guerra trabajaba para una escuela de fútbol de la Prefectura de Pichincha y laboraba en Alluriquín, Caicedo era uno de sus alumnos.
“Lo vi en la calle jugando y le dije que lo quería tener en mi equipo. Han pasado 15 años de amistad y es un orgullo saber que salió de las escuelas que dirigía”, explica Guerra.
La amistad es tan grande que Caicedo aprobó la idea de crear la escuela de fútbol Moisés Caicedo - IG10 (Iván Guerra # 10).
Recuerda que cuando el jugador tenía 10 años reforzaba al Barcelona de Santo Domingo de los Tsáchilas; luego vino pasó a Independiente del Valle y en un partido Caicedo hizo dos goles y el resto es historia, se fue para Europa.
UN BUEN MUCHACHO
“Lo mejor de todo es que Moisés sigue siendo el chico humilde. Tenemos mucho contacto, le hablé del proyecto de la escuela y me dijo que use su nombre, hicimos un evento en homenaje a él. Le sé decir que el dinero viene y va, pero que la esencia de las personas no debe cambiar”, expresa Guerra, quien confiesa que el jugador de la Tricolor es una inspiración para cientos de niños, tanto que las camisetas de la escuela que dirige el profesor Guerra tienen la palabra Moi.
Comenta que el jugador que actúa en Inglaterra le da la mano en varias cosas, desde lo económico y la logística. Es como un padrino.
Muchos amigos lo han llamado desde varias partes del país al saber que Moi podría ser el jugador más caro de la historia del Ecuador.
Guerra se sonríe y dice que él se lo merece, ya que es un extraordinario ser humano.
El recuerdo del Moi de niño se le viene a la mente: “Era demasiado tranquilo para jugar, muy sereno, sabía que sería bueno, pero resultó ser más que eso”, señala Guerra.
Con la escuela de fútbol que combina el nombre del jugador y el suyo ya logró ser campeón en un torneo en Guayaquil en la categoría sub-8.
Por ahora Iván Guerra sigue trabajando, consciente de que en su Santo Domingo de los Tsáchilas hay más Niño Moi por descubrir, soñando en cambiar la cancha de tierra con arcos de piedra por estadios inmensos llenos de gente.