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Mejía-Montúfar, una fiesta sin goles
El clásico intercolegial de la capital se disputó con intensidad en la cancha y en las gradas. Los futbolistas resaltaron el apoyo de las barras.
El colorido de los torneos intercolegiales se vuelve a vivir en la capital. Tras una paralización obligada por la pandemia, las competencias se retomaron este año. Y regresaron con fuerza con la disputa del clásico futbolístico entre Mejía y Montúfar por la categoría sub-18.
Los estudiantes y exalumnos de las dos instituciones emblemáticas de la ciudad se citaron para alentar a sus equipos en la cancha de la liga La Magdalena, al sur de la urbe.
El operativo policial desplegado en los alrededores del lugar evitó que se presenten enfrentamientos entre las barras. A su ingreso, fueron revisados uno por uno en busca de materiales prohibidos.
Ya en las gradas se vivió una gran fiesta. Hasta faltó estadio, por lo que varios aficionados lograron acomodarse en las lomas del escenario y en edificios aledaños.
DEJARON TODO
Los jugadores del Mejía y Montúfar se sintieron motivados al ver la gran presencia de público. Lucharon con intensidad cada balón, pero carecieron de contundencia. El empate sin goles no les dejó contentos, ya que querían dedicarles la victoria a sus respectivas barras.
Stalin Quinatoa, uno de los más destacados del Patrón Mejía, señaló que “fue un partido bien duro, no quisieron entrar los goles. Me siento emocionado por el apoyo de la barra”. Hincha de Barcelona, el ‘pelado’ confesó que admira a Damián Díaz y que quiere aportar con sus asistencias para que su colegio sea campeón.
Del lado del Montúfar, Jean Pierre Cabrera resaltó que “como jugadores nos empuja ver a las gradas llenas. Es una fiesta muy bonita y se disfrutó en paz”.
En los banquillos, los entrenadores no paraban de dar indicaciones y ánimos a sus pupilos. “Son situaciones indescriptibles, es motivador volver a ver un estadio lleno en un clásico intercolegial, es un partido especial”, comentó Pepe Churo, timonel del Montúfar.
Por su parte, su colega del Mejía, Miguel Basantes, señaló que tener a dos colegios tradicionales en la cancha “motiva a que se viva este espectáculo. Solo faltó el gol para que la fiesta sea completa”.